Que la República Dominicana haya recibido 10,284,251 visitantes en los primeros 11 meses de 2025 —una cifra histórica— no sólo marca un triunfo estadístico para la industria turística. Es, sobre todo, una señal de transformación: gente empleada, negocios funcionando, oportunidades reactivadas… y un reto de sostenibilidad que conviene mirar de cerca.
Tras los números: empleo, ingresos y vida cotidiana
- El turismo ya no es un simple sector: se ha convertido en motor de generación de trabajo. Sólo en los primeros diez meses de este año, el sector habría creado más de 815,000 empleos, de acuerdo con los datos oficiales citados por funcionarios del gobierno. Dominican Today+1
- Esa cifra no es menor: trasciende hoteles y resorts. Hotelería, transporte, comercio, gastronomía, servicios, mantenimiento, proveedores, construcción: un vasto entramado de actividades que se reaviva.
- El aporte económico también se nota: estimaciones señalan que para 2025 el turismo podría aportar más de 21 mil millones de dólares al PIB nacional, cerca de un 16 % de la economía. wttc.org+1
Esto significa —como lo ha dicho el gobierno— “más empleos, ingresos, oportunidades” para miles de dominicanos y dominicanas. Pero también implica responsabilidades: más demanda de servicios, más presión sobre infraestructura, más exigencia de calidad.

Un perfil más diverso: del norte al sur, del crucero al resort
La llegada de visitantes no proviene solo de Estados Unidos, sino también de otros mercados emergentes: Canadá, Sudamérica, Europa, lo que diversifica la oferta y la demanda turística. cdn.bancentral.gov.do+1
Además, el turismo de cruceros ha experimentado un auge notable. En 2025, las cifras reportadas muestran una recuperación y crecimiento sobresaliente de llegadas vía marítima.
La combinación de sol, playa, cultura, naturaleza e historia, junto a una conectividad aérea creciente, ha permitido que destinos tradicionales compartan la atención con zonas emergentes —lo que podría abrir un camino hacia un turismo más equilibrado territorialmente.
¿Qué gana el país? Y también… ¿qué debe cuidar?
Lo bueno:
- Generación de empleo amplio y variado.
- Ingresos sólidos en divisas, que fortalecen la economía.
- Reactivación de sectores vinculados al turismo: comercio, transporte, servicios, construcción, gastronomía.
- Oportunidades de inversión, diversificación de la oferta y desarrollo infraestructural.
Lo que hay que cuidar:
- Saturación en los puntos más populares: costos de vida, inflación, presión sobre servicios públicos.
- Necesidad de diversificar destinos —que no todo sea playa o resort— para evitar precarización del medio ambiente y dependencia turística.
- Calidad de empleo: no basta con generar plazas, esas deben ser dignas, con estabilidad, beneficios y formación.
- Distribución de beneficios: que los ingresos lleguen también a comunidades rurales o menos desarrolladas, no solo a centros turísticos concentrados.
Más allá de los números: un giro hacia lo sostenible y lo inclusivo
Este boom turístico plantea una oportunidad histórica, no solo para crecer, sino para transformarse. El sector puede —y debe— aprovechar estos datos récord para apostar por un turismo más sostenible, inclusivo y diversificado. Eso significa: invertir en infraestructura sostenible, en ecoturismo, en patrimonio cultural, en turismo rural, en capacitación laboral, en políticas públicas que armonicen desarrollo económico y bienestar comunitario.
Es también una invitación a la empresa privada y al Estado: consolidar estándares de calidad, proteger los recursos naturales, ofrecer condiciones dignas de empleo y abrir espacios para que el turismo beneficie a más dominicanos, sin concentrar sus ventajas en unas pocas zonas.
