Aseguran que la prohibición de la exportación de la roca azul en bruto, podría llegar a más de US$1,000 millones cada año.
SANTO DOMINGO. – La Joyería Artesanal Dominicana hecha a base de Larimar tiene un gran impacto en unas 10 mil 420 familias de productores y dueños de tiendas, y en la economía nacional en general, al punto de que genera un comportamiento positivo, que supera los 300 millones de dólares al año, según cifras del Banco Central.
Sin embargo, una partida importante de ingresos (cientos de millones) provenientes de la joyería y la artesanía local se desconoce oficialmente, porque los turistas no reportan en Aduanas las compras de las piezas que realizan.
Se calcula que cada turista que visita la República Dominicana (más de 6 millones cada año) destina, en promedio, 57 dólares para la compra de souvenirs, joyas en Larimar, regalos de artesanías criollas.
De conformidad con un documento divulgado por la Federación Dominicana de Artesanos (FEDARTE), ProArtesaniaRD, la Asociación y la Cooperativa Nacional de Artesanos, de el sector recibir el impulso que necesita, solo en diseño, elaboración y comercialización de joyas artesanales en larimar, podría generar ingresos cada año superior a los mil millones de dólares.
Cooperativa Nacional de Artesanos, de el sector recibir el impulso que necesita, solo en diseño, elaboración y comercialización de joyas artesanales en larimar, podría generar ingresos cada año superior a los mil millones de dólares.
Dicen que la exportación en bruto de la Piedra Nacional, junto a otros factores, está causando un grave daño al sector y a la nación.
Señalan los gremios en el documento, que fue leído en un acto con motivo del Día Nacional del Larimar, que la exportación en bruto de la Piedra Nacional, junto a otros factores, está causando un grave daño al sector y a la nación, llevando a la ruina a cientos de talleres de producción de joyas y dejando sin empleos a muchos padres y madres de familias.
Agregan que el trasiego del Larimar en estado natural a países como China, la India, Japón, Pakistán, Japón, Brasil, Rusia, Estados Unidos y otros, le asesta un duro golpe a la economía de República Dominicana en general y a unas 10 mil 420 familias que se dedican a la producción de joyas, usando como materia prima esta piedra preciosa y única en el mundo, la cual solo se extrae de minas en Barahona.
“El Larimar escasea en su país de origen como insumo para la joyería y la artesanía, provocando el cierre de cientos de talleres y tiendas que se dedican a procesar y comercializar la roca azul, a los fines de convertirla en objetos de gran demanda, especialmente para los extranjeros que visitan el territorio nacional y los que viven en Estados Unidos, Canadá, Puerto Rico, Europa, Brasil, las islas inglesas, Asia, Centro América y otros, donde se encuentran los mayores compradores de joyería artesanal dominicana, según estudios oficiales.
El Larimar representa el 88.4% de los materiales utilizados por los artesanos y bisuteros dominicanos a la hora de elaborar sus piezas, por lo que su escasez provoca un golpe demoledor a ese sector, cuyo 74% de los talleres operan en el Gran Santo Domingo, en Barahona y Puerto Plata, y concentran entre 2 y 5 empleados.
El Larimar representa el 88.4% de los materiales utilizados por los artesanos y bisuteros dominicanos a la hora de elaborar sus piezas, por lo que su escasez provoca un golpe demoledor a ese sector.
En ese sentido, abogaron por un relanzamiento urgente de la Joyería Artesanal Dominicana, porque se prohíba de inmediato la exportación de Larimar en su estado natural y se incentive un programa de creación de grupos asociativos (clústeres) y uso de infraestructuras para la producción conjunta, mediante planes pilotos en Santo Domingo, Barahona, Puerto Plata y la Región Este.
El Larimar, conocido como la bella turquesa dominicana, es una piedra única en el mundo, que -insistimos- sólo se obtiene de minas en Barahona, República Dominicana, por lo que ha sido declarada por la UNESCO como Patrimonio Cultural del Mundo; y el Congreso Nacional, mediante Ley No. 296-11, de fecha 5 de octubre de 2011, la declaró como Piedra Nacional.
Es, inequívocamente, el mejor exponente de la joyería dominicana y el artículo de mayores ventas en el mercado turístico de la nación. Posee un alto potencial de encadenamiento con sectores como el turismo y la moda.