La pieza inauguró el III Festival Dominicano del Documental (RDoc.) mostró la fuerza de un nuevo talento del cine nacional: Johanna Gómez Terrero.
Una joven directora, Johanné Gómez Terrero, formada en la Escuela San Antonio de los Baños, (Cuba) logra con Caribbean Fantasy, pieza con la que abrió sus acciones el III RDoc Festival del documental dominicano RDoc), establecer una marca filmica diferenciable.
El Festival del Documental RDoc ha tenido buen criterio para seleccionar la pieza que inaugura este evento. En la I edición de RDoc. fue abierta con Blanco, (Melvin Durán (2014) – una mirada inédita y hermosamente construida a partir de los albinos de, Constanza- y el segundo fue abierto por Tú y yo (Nathalie Cabral y Oriol Estrada 2015), ambos fueron pasaportes para obtener premios en diversos festivales.
Gómez Terrero que ya había entregado, con Bajo las carpas, (2015) cuadro tierno, inusual y desgarrador de la niñez haitiana tras el terremoto del 12 de enero de 2010, al recuperar el cotidiano de una familia alojada en una carpa en el campamento Sainte Therese, desde la que siguió Jimmy, un niño de 11 años que a su vez capta con una cámara cuando ocurre en su entorno.
Caribbean Fantasy describe una relación singular y su entorno casi novelesco (la ría del Ozama y sus barrios marginadísimos, en los que nos descubre a Ruddy, un yolero que se gana la vida transportando pasajeros de una orilla a otra del Rio Ozama y Morena, una mujer evangélica, que cursa simultáneamente en culto de fe cristiana con expresiones que llegan casi a la locura, y su relación amoroso/utilitaria con Ruddy.
Johanné Gómez Terrero dibuja con trazos realistas, pese a un dejo de poesía y nostalgia, una historia de amor marginal, supervivencia, de extremos de fe y pasión, vinculación que la establece sobre un telón de fondo, el río, al que da silente categoría de personaje marco, omnipresente al denunciar su estado de contaminación.
Su mano de directora tiene fuerza, atención a los detalles de sus enfoques, se apoya en la realidad de contraste, sobre todo en la escena final cuando nos ubica la diminuta yola de Ruddy junto al inmenso barco Caribbean Fantasy, paralelismo que empuja a repensar dos mundos enfrentados y se deja percibir como una creadora fílmicamente auténtica y socialmente empapada de la realidad. Ella nos regala una perspectiva distinta de la ciudad capital, la menos mercadeada, la marginal, la que no aparecerá nunca en postales, sin invalidar que lo colonial es la parte que más llamará la atención a los turistas programados para ver “lo históricamente importante” de la ciudad.
A Johanné Gómez le espera un tremendo desafío en el futuro de su carrera. Quedan en su pasado, sus labores de apoyo a festivales de cine o su labor para el Centro Cultural Banreservas o la misma Cinemateca Nacional. Su labor está tras una cámara y frente a la desafiante hoja en blanco esperando el concepto brillante para su próximo proyuecto. El detalle es que luego de éste trabajo de apertura, de ella se esperarará cada vez más calidad y cada vez más compromiso.
El III RDoc ofrece una cartelera abierta al público del 10 al 17 de marzo y que ofrece 34 documentales, 20 de ellos largometrajes y seis de éstos dominicanos, proyectados en la Cinemateca Dominicana, el Centro Cultural de España, The Colonial Gate (La puerta colonial) y el patio de La Alpargatería, que se mantendrá hasta el 17 de este mes de marzo.
Sinopsis: Debajo del puente Duarte, Ruddy conecta las dos orillas del Río Ozama. Rema transportando a los obreros del barrio. Dos veces a la semana, Morena interrumpe su rutina de baquero. Son amantes. Ella evangélica. Como pareja tienen 11 años, a pesar de que ella está casada. Durante el proceso, Ruddy reflexiona sobre su relación.
José Rafael Sosa