Empezar a seguir un programa de ejercicio podría ayudar a proteger el cerebro de las personas de edad avanzada o incluso revertir su deterioro mental inicial, sugiere un pequeño estudio.
Los investigadores asignaron a 34 personas inactivas de 61 a 88 años de edad a un régimen de ejercicio que incluía andar con una intensidad moderada en una cinta caminadora 4 veces a la semana durante 12 semanas.
En promedio, la salud cardiaca y pulmonar mejoró aproximadamente un 8 por ciento en ese periodo, hallaron los investigadores.
Los escáneres cerebrales mostraron un aumento del grosor de la corteza, la capa externa del cerebro que normalmente se encoge en la enfermedad de Alzheimer, de los participantes. Los que experimentaron las mayores mejoras en la condición física presentaron el mayor crecimiento de la corteza, descubrieron los investigadores de la Universidad de Maryland.
El engrosamiento de la corteza se produjo tanto en las personas con un buen estado de salud como en las que presentaban un deterioro cognitivo leve, un estado temprano de Alzheimer, mostró el estudio.
El estudio fue publicado recientemente en la revista Journal of the International Neuropsychological Society.
«El ejercicio podría ayudar a revertir la neurodegeneración y la tendencia del cerebro a encogerse que vemos en las personas que presentan un deterioro cognitivo leve y Alzheimer», comentó en un comunicado de prensa de la universidad el autor principal del estudio, el Dr. J. Carson Smith, profesor asociado de quinesiología.
«Muchas personas creen que es demasiado tarde para intervenir con el ejercicio cuando una persona muestra síntomas de pérdida de memoria, pero nuestros datos sugieren que el ejercicio podría tener un beneficio en esta etapa inicial del deterioro cognitivo», añadió Smith.
El estudio no puede demostrar de forma definitiva que el ejercicio resulta beneficioso para el cerebro. Pero estudios anteriores han descubierto que el ejercicio puede ser beneficioso para otras áreas del cerebro de las personas mayores.
Los autores del nuevo estudio dijeron que se necesitan más investigaciones para determinar si la actividad física moderada puede retrasar o revertir el deterioro mental y ayudar a las personas a seguir siendo independientes a medida que envejecen.