Los bebés que nacen fuera de un hospital son más propensos a ser mortinatos o a morir en un plazo de un año después de nacer, sugiere un nuevo estudio de Oregón.
Pero el riesgo de mortalidad en ambos grupos fue pequeño. El estudio encontró casi cuatro muertes por cada mil bebés nacidos fuera de un hospital, frente a unas dos muertes por cada mil partos en un hospital.
«Hay un riesgo bajo de complicaciones graves que es mejor atender en un hospital. Son raras, pero el riesgo no es cero», dijo el coautor del estudio, el Dr. Aaron Caughey, catedrático de obstetricia y ginecología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Salud y Ciencias de Oregón. «Lo que se sacrifica en el hospital es que se pierde el control sobre la experiencia del parto».
Pero es importante indicar que el estudio no fue diseñado para demostrar una relación causal entre las muertes infantiles y los partos fuera del hospital. El estudio solo mostró un vínculo entre esos factores.
La investigación aparece en la edición del 31 de diciembre de la revista New England Journal of Medicine.
Los hallazgos ofrecen a los futuros padres «cifras que les dan una base racional para planificar dónde quieren tener al bebé», dijo el Dr. Michael Greene, jefe de obstetricia del Hospital General de Massachusetts, en Boston, y coautor de un editorial que acompaña al estudio.
Los padres deben considerar «qué es importante para ellos y qué tanto están dispuestos a tolerar», planteó.
Aunque la probabilidad adicional de muerte en el estudio podría parecer alta, añadió Green, «el riesgo depende del cristal con que se mire. Hay personas que verán esos riesgos y los percibirán como aceptables con el fin de evitar las intervenciones a las que de vedad no desean someterse».
En Estados Unidos, los partos fuera de hospital siguen siendo extremadamente raros, ya que conforman menos del 1 por ciento de los nacimientos, según el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (American College of Obstetricians and Gynecologists). Pero la cantidad ha estado en aumento en medio de un creciente respaldo de los partos tradicionales fuera del hospital, apuntaron los autores del estudio.
El estudio examinó las estadísticas de casi 80,000 partos en Oregón entre 2012 y 2013. En Oregón, es obligatorio incluir una amplia información en las actas de nacimiento.
Poco más de 3,200 mujeres planificaron parir en casa o en un centro de partos independiente. Los investigadores compararon a esas mujeres con las que planificaron dar a luz en un hospital, casi 76,000 mujeres.
Los investigadores hallaron que el 94 por ciento de los nacimientos fuera del hospital fueron partos vaginales sin asistencia, en comparación con el 72 por ciento en un hospital. Los investigadores también anotaron una reducción en el uso de procedimientos obstétricos (como el parto inducido y las cesáreas) en los partos en casa.
«Quizá estemos usando esas intervenciones con más frecuencia de la necesaria», planteó Caughey.
Otras investigaciones sobre la seguridad de los partos en casa han arrojado resultados mixtos. A principios de mes, un estudio canadiense sugirió que el parto en casa es igual de seguro para los bebés que nacer en el hospital. Pero Canadá regula a las parteras de forma más estricta que Estados Unidos, y el estudio solo observó nacimientos asistidos por parteras y que se consideraban de bajo riesgo.
Greene apuntó a otro estudio reciente (de los Países Bajos) que sugirió un aumento similar en el riesgo en los partos fuera del hospital que el nuevo estudio estadounidense.
¿Qué deben hacer las madres si quieren dar a luz fuera de un hospital?
Tanto Greene como Caughey se mostraron de acuerdo en que las parteras son esenciales, y dijeron que es importante tener una buena comunicación con un hospital por si hay una emergencia.
«En teoría, una forma de mejorar la seguridad de los partos fuera del hospital es garantizar que las parteras cuenten con una estructura formal de respaldo, con un médico designado en un hospital cercano, de forma que la madre se pueda transferir si las cosas comienzan a ir mal», dijo Greene.
Según Caughey, una mejor comunicación también reduciría la irritación que ocurre cuando los hospitales «solo ven las complicaciones» y no han tenido la oportunidad de desarrollar una relación de confianza con las parteras. «Se trata de desarrollar esas relaciones para que cuando llegan con la paciente sean bienvenidas», dijo.