Nació el 17 de julio del 1950, en Las Cañitas, Sabana de la Mar y por el incuestionable talento que mostró como cantante, compositor, presentador y actor; Anthony Ríos se granjeó la admiración y el cariño del pueblo dominicano y durante más de cuatro décadas fue uno de los intérpretes más activos, escuchados, queridos y aplaudidos.
Su nombre de pila era Florián Antonio Jiménez y parece ser que al momento del reparto de dones, con esa picardía y seguridad que lo caracterizó, se colocó en la fila varias veces, por eso logró convertirse en uno de esos pocos artistas versátiles que destacan en varias facetas y salió airoso en todos los desafíos que aceptó en su vida profesional.
Su variado repertorio musical incluye canciones de diversos géneros (en su mayoría románticas) dentro de las cuales cada quien encuentra al menos uno con la cual identificarse, porque le llega al alma. Además, las letras de los temas de su autoría fueron grabados por grandes estrellas, tanto a nivel nacional como internacional, para constituirse en grandes éxitos.
En todos los roles que desempeñó durante su dilatada trayectoria mundo del espectáculo, fue probado y aprobado, por eso se le considera una joya del arte dominicano y aunque la muerte nos lo arrebató a destiempo, porque aún tenía mucho que ofrecernos, el legado de su talento es tan grandioso que hoy le decimos: “ Anthony Ríos, estás donde no estás.”