Su ataúd, cubierto con una gran variedad de flores azules y blancas, se colocó en el montículo del lanzador con un 2 azul, que significa el número de la camiseta de Lasorda, en la parte posterior del montículo.
La esposa de Lasorda durante 70 años, Jo, asistió en silla de ruedas, junto con su hija, Laura. Los dolientes permanecieron socialmente distanciados alrededor del montículo.
El ex receptor de los Dodgers y mánager de Los Ángeles Angels, Mike Scioscia, el jugador retirado y mánager de Grandes Ligas, Bobby Valentine, el primera base retirado de los Dodgers, Eric Karros, el jugador y entrenador retirado Mickey Hatcher, el ex lanzador de los Dodgers, Charlie Hough, y el ex entrenador de la NBA, Mike Fratello, estaban entre los 10 portadores del féretro. Cada uno vestía una camiseta con el número 2 de Lasorda en la espalda.
Karros y Hatcher, junto con el presidente y cofundador de Sketchers, Michael Greenberg, y sus amigos personales Steve Brener y Chris Leggio hablaron en el estadio y sirvieron como portadores del féretro, junto con el empresario Warren Lichtenstein. Con cubrebocas debido a la pandemia de COVID-19, llevaron el ataúd de Lasorda a un coche fúnebre blanco estacionado frente al dugout.
Se cantó el himno nacional y se proyectó la imagen de Lasorda en las pantallas de video del estadio.
Una caravana viajó desde el estadio al Rose Hills Memorial Park en la cercana Whittier, donde fue enterrado Lasorda. El grupo acababa de llegar al cementerio cuando recibieron la noticia de que el lanzador del Salón de la Fama de los Dodgers, Don Sutton, había muerto a los 75 años.
Lasorda pasó 71 años en la organización de los Dodgers, comenzando como jugador cuando el equipo todavía tenía su base en Brooklyn. Más tarde entrenó y luego se convirtió en su mánager más conocido durante 21 años en Los Ángeles, llevando a la franquicia a dos campeonatos de la Serie Mundial. Después de dimitir en 1996, se convirtió en embajador del deporte que amaba.