La pandemia de COVID-19 afectó a la gente de numerosas maneras y para muchas mujeres, significó afrontar más retos y tener menos tiempo para cuidar de sí mismas. Esas son solamente algunas razones que podrían explicar por qué aumentó el riesgo femenino para enfermedades cardiovasculares y por qué es importante hacer cambios, dice la Dra. Mayra Guerrero, cardióloga en Mayo Clinic.
Las funciones complejas que muchas mujeres tuvieron que desempeñar durante la pandemia de COVID-19, sea como madres, maestras o empleadas a distancia, les impusieron no solamente un estrés emocional sino también físico.
«El estrés en sí mismo aumenta el riesgo para enfermedades cardiovasculares y, a veces, hasta desencadena un ataque cardíaco», comenta la Dra. Guerrero. Sin embargo, ese estrés adicional no es el único factor.
«Una mala alimentación también es un factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares, o la falta de ejercicio», añade.
Para la Dra. Guerrero, concienciar al respecto es una prioridad.
Según la experta, no se puede controlar la edad ni la genética, pero sí se puede controlar en algo el nivel del colesterol, la presión arterial y el estilo de vida que se lleva.
«Hay que alimentarse con una dieta balanceada que incluya más frutas y verduras, además de incorporar el ejercicio en la vida diaria, idealmente todos los días o al menos cuatro días por semana. Otra cosa muy importante es no fumar», concluye.
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