Santiago.- Los estudiantes y los padres de nuevo liceo Plinio Martínez del barrio Alegría, en el sector Cienfuegos de Santiago, se sienten ahora más seguros porque no tendrán que trasladarse a cuatro o cinco kilómetros de distancia para terminar el bachillerato.
Dos pares de zapatos
Además no tendrán que seguir pagando motoconcho ni ir con dos pares de zapatos, uno para caminar por el lodazal y otro para ponérselo cuando llegaban al liceo Alfredo Morales, el más próximo a su sector.
Así lo expresaron estudiantes y padres porque además de disponer ya de un liceo a poca distancia de sus hogares, pueden caminar sin problemas porque todas las calles del sector fueron asfaltadas.
No tendrán que pagar pasajes
El profesor Eduardo Alcántara, director del nuevo liceo, explicó que el barrio Alegría, donde residen unas 200 familias, está habitado en su mayoría por chiriperos, buhoneros y trabajadores de zona franca.
La ubicación del liceo Plinio Martínez representa un significativo ahorro para las familias del barrio Alegría y zonas aledañas. “Anteriormente pagábamos uno y dos pasajes para mandar los muchachos a la escuela y ahora se quedan aquí, ahora todo lo pueden hacer aquí”, expuso Ramón Peña, presidente de la Sociedad de Padres y Amigos.
Doble oportunidad para jóvenes
La joven estudiante del primero del bachillerato Nicole Alejandra Peña, una típica santiaguera, resume su alegría por el nuevo liceo así: “Esta nueva escuela es una gran oportunidad para todos nosotros porque ahora podemos estudiar con tranquilidad, sin miedo, en nuestro propio barrio”.
Con una amplia sonrisa, Endy Mata Abreu, otra estudiante que usaba motoconcho y sentía miedo a que le fuera a pasar algo en el camino a la escuela, manifiesta su agradecimiento al presidente Danilo Medina por recordarse de ellos. “Muchas gracias a nuestro Presidente”.
Para ella, igual que para muchos otros estudiantes, el nuevo liceo es una doble oportunidad porque además de estudiar podrá practicar deportes. Endy sueña ser una atleta y representar el país en un evento internacional.
“Ahora todo está aquí y ya los muchachos no tendrán que usar más dos pares de zapatos, ni volverán de la escuela cansados y estropeados. Podrán estudiar más, asegura Raquel Vásquez desde el frente de su casa, ubicada frente al nuevo liceo.