Los niños y niñas que nacieron en verano son más propensos a ser adultos sanos que los nacidos en invierno, plantea un estudio reciente.
Los investigadores sugieren que una mayor exposición al sol durante el segundo trimestre del embarazo, que aumenta la exposición a la vitamina D del bebé no nacido, podría tener que ver con los hallazgos.
El estudio incluyó información sobre casi 450,000 hombres y mujeres de Reino Unido. Además del mes de nacimiento, los investigadores contaron con información sobre el peso al nacer, el inicio de la pubertad y la estatura en la adultez.
Los niños nacidos en verano tenían ligeramente más peso al nacer que los nacidos en invierno, hallaron los autores del estudio. Los bebés nacidos en junio, julio y agosto eran más altos en la adultez que los bebés invernales, según la investigación. Las chicas nacidas en verano eran más propensas a comenzar la pubertad más tarde, señaló el estudio.