De Dios habernos dado el privilegio de tener al lado a nuestro líder y mentor, el profesor Juan Bosch, puedo asegurar que se sentiría orgulloso de ver materializado su sueño a través de la obra de gobierno realizada por el presidente Danilo Medina, quien en casi cuatro años ha logrado transformar la vida de cientos de miles de dominicanos.
Para el Profesor la educación, la lucha por el bienestar de los dominicanos, la integridad de las familias y el acercamiento de los jefes de Estado a los sectores humildes del país era a lo que apostaba. Era su sueño trabajar arduamente para que las futuras generaciones pudieran disfrutar de un mejor país, lleno de oportunidades, donde la exclusión social no se convirtiera en una barrera para el desarrollo de quienes por cuestiones ajenas a su voluntad no nacieron en un ambiente acomodado y con facilidades diversas.
Al conmemorarse este 30 de junio el 107 natalicio de Juan Bosch nos regocijamos de saber que hoy más que nunca estamos reflejados, como nación, en el ideal que en la mente y corazón de nuestro líder se originó cuando con una sed de cambio decidió crear una fuerza política, que a casi 44 años de su fundación, se ha convertido en la más importante e influyente de la nación. Don Juan, hemos llegado lejos…
Querido Profesor, hoy contamos con un hombre y un gobierno que ha dirigido todas sus políticas públicas enfocada en los que menos recursos tienen, a esos que lo único que necesitan para salir adelante es una oportunidad. Oportunidad que llega a manos de la gente de distintas maneras, pero todas con un mismo fin: mejorar la calidad de vida de los más desposeídos.
De la mano del presidente Danilo Medina esa ayuda llega a través de préstamos a una tasa baja de interés, entrega de títulos de propiedad, concesión de viviendas dignas de manera gratuita o en su defecto de bajo costo, o sencillamente a través de la puesta a disposición de la gente de un sistema educativo que ha venido a transformar el método de enseñanza tradicional que por décadas ha sido utilizado en República Dominicana.
Si hubiera tenido la oportunidad de estar entre nosotros, se regocijaría al ver los rostros de felicidad y esperanza que observamos en los residentes de La Nueva Barquita, quienes un día previo a la celebración del 107 aniversario de su natalicio, recibieron la oportunidad de iniciar de cero, en un lugar donde sus sueños no perecerían ante las aguas del Ozama.
Qué decir de las 900 familias de San Francisco de Macorís que recibieron la titulación de los terrenos que por más de 30 años habían ocupado, pero que legalmente no les pertenecían. Para ellos el valor de esos pedazos de tierra no solo se encuentra en el valor monetario que puedan representar, sino, que por primera vez en sus vidas, pueden decir que tienen con algo propio, un bien material que podrán dejar a su descendencia cuando deban partir de este mundo terrenal.
Por otro lado, la Jornada de Tanda Extendida desarrollada por el presidente Medina, fiel discípulo suyo, ha impactado la vida de cientos de miles de familias que ya no tienen que preocuparse por lo que deben dar de comer a los más pequeños de la casa, quienes desde tempranas horas de la mañana y hasta la tarde, reciben educación de calidad y alimentación balanceada en las más de 2,000 escuelas que en estos últimos cuatro años ha construido el gobierno.
Alfabetizar a casi 600 mil dominicanos hasta hace poco era una tarea imposible, pero a la fecha podemos escuchar de la boca y corazón de los beneficiarios el cambio que han experimentado luego de que por primera vez hayan podido escribir con sus propias manos el nombre que solamente de oídas conocían, pero que si lo veían plasmado en papel, les sería imposible identificar. Esos son los rostros que ni los años podrán borrar de nuestras memorias, porque fueron los mismos que nos devolvieron la esperanza de que aun era mucho lo que podía hacerse en un país donde la desesperanza había calado por décadas el corazón de quienes por razones diversas, se sintieron abandonados y desvalorizados.
Para nosotros que aun estamos aquí, es maravilloso ver que lo que un día usted, Profesor, soñó para este país, paso a paso, día a día, lo vemos convertirse en una realidad tangible, y todo comenzó cuando el 16 de agosto del 2012, un hombre de origen humilde pero con un corazón con fuertes alas, se comprometió con dirigirnos hacia la construcción de un mejor país, uno del cual usted, sin temor a equivocarme, se sentiría absolutamente orgulloso.
Profesor, aun nos quedan muchos logros por alcanzar, pero gracias al respaldo del 62% de los dominicanos, nuestro presidente Danilo Medina estará al frente de esta nación por un segundo periodo consecutivo, y ha reafirmado nueva vez su compromiso con la nación. Confiamos en su palabra porque lo que para muchos eran locuras, o simples propuestas de campaña, cuatro años después son realidades.
Don Juan, hemos vuelto a soñar, hemos vuelto a volar tan alto, que desde aquí podemos tocar su ideal, ese en el que visualizaba a la República Dominicana en un lugar alto, donde los sueños se convierte en realidad. Desde allá arriba, donde usted está, se puede ver claramente que vamos por el camino correcto, por ese que nos conduce hacia el país que usted soñó.
Profesor, gracias por dejarnos entre líneas las pautas para construir una mejor nación, en la que las oportunidades son para todos, pero especialmente para esos que por años se les habían cortado las alas y las ilusiones de volar.
Escrito por:
Armando García, Ingeniero, experto en Tecnología de la Información y Comunicación (TIC), Gobierno Electrónico y director general de la Oficina Presidencial de Tecnología de la Información y Comunicación (OPTIC)
Residente en Santo Domingo, Distrito Nacional.