Halloween, la icónica festividad de disfraces y espíritu festivo, se ha convertido en un motor comercial global, conquistando mercados y corazones en todo el mundo.
En Estados Unidos, la celebración alcanzó cifras impresionantes en 2022, superando los 10,6 mil millones de dólares en gasto, según la encuesta anual de la Federación Nacional de Minoristas realizada por Prosper Insights & Analytics. Es innegable que Halloween es mucho más que una fiesta; es una poderosa máquina comercial.
Fiestas de disfraces, películas de miedo y el famoso «truco o trato» son algunos de los motivos que llegan (comercialmente) a la fiesta de Halloween en comparación con otras festividades.
Con su temática lúdica y alegre, Halloween se ha convertido en una celebración global que encanta tanto al público joven como a las marcas comerciales.
Si tuviéramos que comparar Halloween con el Día de Todos los Santos, la elección para una campaña de marketing parece evidente. Halloween se centra en la diversión, la alegría y el disfrute, mientras que el Día de Todos los Santos se caracteriza por su enfoque religioso y solemne. A medida que la sociedad actual se distancia cada vez más de las tradiciones religiosas, Halloween se ha convertido en una alternativa popular.
Este fenómeno no ocurrió de la noche a la mañana. Ana Isabel Jiménez Zarco, profesora de los Estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), estima que la introducción de Halloween en España y algunos países de América Latina comenzó hace unos quince años. Hasta ese momento, la única tradición relacionada con los difuntos era la del Día de Todos los Santos el 1 de noviembre.
Francesc Núñez, sociólogo y profesor de los Estudios de Artes y Humanidades de la UOC, destaca que «en los dos últimos siglos se ha producido un desarraigo de las tradiciones, y el papel de la religión, como uno de los fundamentos de la sociedad, ha ido perdiendo protagonismo». Este cambio ha allanado el camino para la adopción de nuevas celebraciones, como Halloween, donde la diversión y la alegría son los valores predominantes.
Aunque Halloween tiene raíces en la tradición cristiana, también se nutre de creencias paganas celtas y romanas. Estas festividades celebraban el fin de la cosecha y recordaban a los difuntos, como el Samhain y el Mundus Patet. Sin embargo, Halloween ha evolucionado en una celebración comercial con personajes del mundo de las tinieblas.
El interés del consumidor por Halloween se ha disparado en los últimos años. Desde 2005, las búsquedas en línea relacionadas con Halloween aumentaron significativamente. En palabras de Jiménez Zarco, «Halloween ha sido parte de su legado cultural desde hace siglos».
Aunque Halloween todavía no ha alcanzado el nivel de Estados Unidos en términos de gasto, su presencia en América Latina y España sigue creciendo. La decoración de tiendas y la promoción de fiestas temáticas de Halloween se han convertido en una tradición anual.
El auge de Halloween se debió en parte a las marcas comerciales, que apostaron por esta festividad antes que los consumidores. Las películas y series de televisión estadounidenses también han influido en su popularidad. Las redes sociales han desempeñado un papel crucial en la difusión de Halloween, lo que lo ha convertido en un fenómeno mundial.
Halloween se ha convertido en una celebración alegre de la muerte, lo que lo hace atractivo para un público cada vez más amplio. La diversión, la alegría y la oportunidad de disfrazarse han convertido un Halloween en un éxito comercial en todo el mundo.
Expertos en economía y sociología, como Ana Isabel Jiménez Zarco y Francesc Núñez, analizan este fenómeno cultural y comercial.