Las resbaladillas o toboganes infantiles forman parte de la diversión del verano. Sin embargo, hay una resbaladilla que se debe evitar cuando llegan las vacaciones y es la que se conoce como el “resbalón de verano”. Término que se refiere a la pérdida, durante el largo receso de verano, de las nuevas competencias adquiridas por los niños durante el año escolar.
El resbalón de verano no es algo nuevo, pero ha empeorado debido a los contratiempos educativos provocados por la interrupción de la escolarización durante la pandemia.
En promedio, los estudiantes pierden dos meses de competencias en lectura y casi tres meses de habilidades en matemáticas durante las vacaciones de verano. Eso significa que tienen que volver a aprender esas competencias antes de poder avanzar con el nuevo material en el siguiente año escolar. La buena noticia es que padres, madres y otros cuidadores pueden ayudar a minimizar las pérdidas de aprendizaje, afirma Maegen Storm, miembro del personal de enfermería especializada del Sistema de Salud de Mayo Clinic en Faribault, Minnesota.
Empezar una rutina de lectura de verano de al menos 20 minutos al día es muy útil, dice Storm. Deje que los niños elijan su propio material de lectura, aunque esté por debajo de su nivel escolar. Poder leer con éxito aumentará su confianza. Busque desafíos de lectura u organice un concurso amistoso de lectura con familiares y amigos.
Las actividades cotidianas están repletas de oportunidades de aprendizaje, dice Storm. Añada otras actividades de verano, como pasar más tiempo al aire libre, los programas gratuitos que ofrecen las bibliotecas, parques, campamentos y las vacaciones. Teniendo así unos excelentes puntos de partida para que el trabajo escolar realmente no parezca un trabajo.
No tiene por qué hacerlo solo. Involucre a sus hijos, y a otros padres y madres, siempre que sea posible. Sus hijos estarán más entusiasmados con el aprendizaje durante los meses de verano si las actividades se centran en sus intereses, incluyendo nuevas cosas que les gustaría probar.
Estas son algunas ideas que Storm ha usado con sus hijos para ayudarles a retener esas competencias que tanto trabajo les ha costado obtener.
En la tienda de alimentos, pídale a su estudiante que haga lo siguiente:
- Escribir la lista de los alimentos.
- Leer los carteles de la tienda.
- Pesar los productos.
- Usar una calculadora para sumar la cuenta de los alimentos mientras hace la compra.
- Comparar varios artículos, tamaños o cantidades para determinar el mejor precio.
- Contar la cantidad de artículos que hay en el carrito.
En la cocina, utilice la preparación de alimentos para que sus hijos practiquen los números y las matemáticas de las siguientes maneras:
- Medir el tamaño necesario del sartén.
- Leer las recetas en voz alta.
- Medir los ingredientes secos y líquidos.
- Contar la cantidad de ingredientes.
- Cortar frutas y verduras en tamaños específicos, como 1/2 manzana o 1/4 de plátano.
- Leer sobre alimentación saludable en sitios como MyPlate.
- Calcular la ingesta de nutrientes, como las calorías o proteínas.
- Dividir los alimentos en porciones durante las comidas.
En el automóvil, ya sea durante un viaje corto o largo, pida a sus hijos que hagan lo siguiente:
- Cantar canciones.
- Practicar ortografía mediante un concurso de deletreo.
- Repasar operaciones matemáticas, como contar de dos en dos o usar las tablas de multiplicar.
- Localizar objetos que empiecen por cada letra del abecedario.
- Leer en voz alta las señales de tránsito y las vallas publicitarias.
- Practicar indicaciones, como girar a la izquierda o hacia el sur.
- Desactivar las indicaciones verbales de una aplicación de mapas y leer las indicaciones en voz alta.
- Escuchar pódcasts orientados a niños sobre temas como la ciencia, el espacio o los misterios.
En el parque, participe en el aprendizaje integrando lo siguiente:
- Buscar e identificar diferentes hojas, árboles, rocas, insectos, nubes, flores silvestres y malezas.
- Escuchar a los pájaros usando una aplicación gratuita como Merlin para identificarlos por su aspecto o cantos.
- Participar en una caminata gratuita planificada, como ir a observar las estrellas, las mariposas o explorar un estanque con un especialista en naturaleza.
- Registrarse en otros programas gratuitos que despierten su interés.
- Investigar el nombre del parque y su origen.
En la biblioteca municipal, los niños pueden explorar estos recursos gratuitos:
- Revisar los diversos clubes, programas y opciones de lectura que se ofrecen.
- Elegir algo nuevo, como historietas, revistas, libros de cocina o grabaciones musicales.
- Visitar las exposiciones y eventos especiales de la biblioteca.
- Registrarse en los desafíos de lectura de verano.
- Hacer un estudio en profundidad de una persona, lugar o evento histórico.
En un viaje o vacaciones, ya sea un fin de semana o más días, puede abrir un mundo de nuevas experiencias y aprendizaje al hacer lo siguiente:
- Investigar el lugar al que se dirige, qué actividades se pueden hacer, conocer la historia del lugar, cómo se llega y mucho más.
- Dejarlos que planifiquen sus viajes en un mapa de papel que puede descargar e imprimir.
- Pedirles que lleven la cuenta de los kilómetros recorridos, el combustible y los gastos.
- Crear un álbum de fotos de experiencias y descubrimientos grandes y pequeños.
- Escribir y enviar postales.
En casa, pruebe algunas de estas actividades para estimular el aprendizaje:
- Jugar juegos de mesa y de cartas, armar rompecabezas comunes y de palabras, como crucigramas y sudokus.
- Practicar con los más pequeños competencias de destreza, como atar o ajustar los cordones de los zapatos, abrir cremalleras o abrochar botones de las camisas.
- Comprar un termómetro para exteriores y un pluviómetro que sean económicos para hacer un seguimiento de los fenómenos meteorológicos y comparar los resultados con los de los meteorólogos profesionales.
- Obteniendo información de Internet o de algún libro, aprender una nueva competencia como escribir en cursiva, codificar o tejer.
- Practicar la amistad por correspondencia con un familiar o amigo y escribir y enviar cartas en papel o practicar competencias de dactilografía enviando mensajes por correo electrónico.
- Organizar una búsqueda del tesoro en el jardín. Los niños mayores pueden hacerlo solos.
- Crear un club de lectura o intercambio de libros en su barrio.
- Crear un álbum de recortes con fotos del verano, textos y objetos encontrados.
El verano es el momento perfecto para enseñar a sus hijos que el aprendizaje no solo tiene lugar en un salón de clases. Evitar el “resbalón de verano” requerirá que los adultos piensen de forma innovadora, pero el esfuerzo valdrá la pena cuando los estudiantes empiecen el nuevo año escolar dispuestos a seguir con el aprendizaje.