RIO DE JANEIRO – Tal vez tengan razón quienes dicen que Michael Phelps es un extraterrestre.
El estadounidense volvió a hacer historia el jueves al ganar de forma apabullante los 200 metros de estilos combinados por cuarta vez seguida en los Juegos Olímpicos.
Es la primera vez que alguien conquista una misma prueba en cuatro ediciones seguidas de la justa olímpica.
Y el estadounidense podría repetir esa hazaña en los 100 mariposa, donde las preseas se disputarán el viernes. Phelps avanzó a esa final nadando 40 minutos después de los 200 combinados y se clasificó con el quinto tiempo.
«De niño quería hacer algo que nadie jamás había hecho», declaró Phelps. «Estoy disfrutando mucho todo esto. Cada día que pasa hay un sueño que se hace realidad».
La actuación de Phelps fue dominante, sin dar muestras de fatiga a sus 31 años pese a que compite casi todos los días por la tarde y por la noche. Se mostró también impertérrito ante el grito atronador del público de «¡Thiago! ¡Thiago!» en apoyo del local Thiago Pereira.
Lideró casi toda la carrera y se despegó del resto en los últimos 50 metros. Cronometró 1:54.66 minutos y superó por casi dos segundos al japonés Kosuke Hagino (1.56.61), que se llevó la presea de plata.
Fue la cuarta medalla de oro lograda por Phelps en Río 2016 y la 22da en su colección olímpica personal. Ningún otro deportista ha ganado más de nueve.
El bronce fue para el chino Shun Wang (1.57.05).
El estadounidense Ryan Lochte, rival de Phelps en mil batallas, entró quinto.
Además de la presea del jueves, Phelps ya ganó oro en los 200 mariposa y los relevos de 4×100 y 4×200 libre. Y todavía podría ganar otras dos medallas doradas más, la de los 100 mariposa y la del relevo 4×100 combinados.
«Phelps es mi ídolo. Me siento honrado de poder competir con él», dijo el chino Wang. «Nunca pensé que podía ganarle porque está en otro nivel. Tal vez cuando se retire».