La lectura no solo enriquece el conocimiento de los más pequeños, sino que también contribuye al desarrollo emocional, social e intelectual.
En un mundo cada vez más digitalizado, fomentar el hábito de la lectura en los niños se ha vuelto una prioridad esencial para padres, educadores y líderes comunitarios. Expertos en pedagogía y desarrollo infantil coinciden en que la lectura temprana aporta beneficios significativos que van más allá de mejorar las habilidades lingüísticas; es una herramienta fundamental para el crecimiento integral de los niños.
La lectura fomenta la creatividad, la empatía y el pensamiento crítico desde una edad temprana. Según estudios de la Universidad de Harvard, los niños que leen con regularidad muestran un mejor desarrollo del vocabulario y habilidades de comunicación, elementos clave para su rendimiento académico futuro. Pero los beneficios no terminan ahí; leer también estimula la imaginación y la capacidad de visualizar conceptos abstractos, factores importantes para el desarrollo cognitivo.
Además de los aspectos intelectuales, la lectura también juega un papel crucial en el desarrollo emocional de los niños. Los cuentos, fábulas y novelas infantiles permiten que los pequeños se identifiquen con los personajes, experimenten una variedad de emociones y aprendan a gestionar sus sentimientos. “Leer historias de superación, amistad y aventuras enseña a los niños valores fundamentales como la empatía, la solidaridad y la resiliencia”, afirma la educadora y maestra de más de 50 años de ejercicio Rosa María Hernández, directora y fundadora del Colegio Fray Antón de Montesinos, ubicado en Los Frailes II, Santo Domingo Este.
Por otro lado, fomentar la lectura también contribuye a fortalecer el vínculo familiar. Leer en familia, ya sea al final del día o durante el fin de semana, se convierte en un momento de conexión entre padres e hijos. Este tiempo dedicado a los libros ayuda a crear una relación más cercana y a establecer una comunicación abierta, además de transmitir la importancia de los libros como fuente de aprendizaje y entretenimiento.
A nivel social, promover la lectura en los niños puede contribuir a reducir las brechas educativas. Organizaciones como UNICEF han destacado que, en comunidades con acceso limitado a recursos educativos, los programas de fomento a la lectura juegan un papel vital para nivelar las oportunidades de aprendizaje. Bibliotecas comunitarias, clubes de lectura y eventos de cuentacuentos se han convertido en espacios donde los niños descubren el placer de leer.
Iniciativas locales para fomentar la lectura
En República Dominicana, diversas instituciones, tanto públicas como privadas, han lanzado programas para promover la lectura en los más pequeños.
Una de las instituciones destacadas por su labor a favor de la lectura es la Fundación Literaria Aníbal Montaño (FLAM), una institución privada, sin fines de lucro, creada en la ciudad de San Cristóbal por los escritores y gestores culturales Ysabel Florentino y Ramón Mesa.
Esta entidad se enfoca en la creación de hábitos de lectura y escritura creativa a través de talleres literarios. sus acciones están dirigidas a la juventud y la niñez de los barrios y las comunidades típicas excluidas; hacia el desarrollo del liderazgo de los niños y jóvenes que conforman dichas comunidades, y el fortalecimiento y rescate de los valores históricos y culturales.
Así como la Fundación Literaria Aníbal Montaño son muchas las entidades que han implementado campañas en favor de la lectura.
“Queremos que cada niño tenga acceso a libros, sin importar su situación económica. Creemos que la lectura es un derecho fundamental”, comenta la doctora en derecho Mayra Tejada, quien forma parte de la Fundación Sombrillas Solidarias, entidad sin fines de lucro, que anunció el inicio de su programa de fomento a la lectura con la entrega de obras de autores dominicanos a niños y jóvenes en diversas provincias del país.
Fomentar la lectura en los niños es mucho más que una simple recomendación educativa; es una inversión a largo plazo en su desarrollo integral.
Al promover este hábito, no solo se enriquece su conocimiento, sino que se fortalecen sus habilidades sociales, emocionales e intelectuales. La lectura abre las puertas a un mundo de posibilidades, y cada libro es una nueva aventura que invita a los niños a explorar, aprender y crecer.