A sus 21 años, Grecia Salazar Rives se perfila como una de las grandes promesas de los certámenes de belleza en Venezuela. Con una estatura imponente de 1.86 metros y una personalidad que irradia autenticidad, la joven oriunda de Nueva Esparta ha llegado a Caracas con un objetivo claro: dejar su huella en el mundo del modelaje y, más allá de eso, convertirse en una defensora de los derechos humanos y la inclusión social.
Representando al Distrito Capital en el Miss Teen Venezuela, Grecia se ha convertido rápidamente en una de las favoritas del concurso, ganándose el apoyo de la audiencia y de la crítica especializada. La modelo, que también es portada de la revista Ronda en su edición de octubre, no solo destaca por su apariencia física, sino por su fuerte sentido de compromiso con causas sociales que, como ella misma menciona, «van más allá de una corona».
Un camino impulsado por la inspiración y el coraje
Grecia comenzó su carrera en el modelaje en su natal Nueva Esparta, pero su ambición la llevó a trasladarse a la capital venezolana para profesionalizarse y explorar nuevas oportunidades. Al hablar de sus ídolos, nombra con admiración a ex reinas de belleza como Bárbara Palacios y Sthefany Gutiérrez, quienes, según ella, representan la mezcla perfecta de belleza, inteligencia y determinación.
“Quiero ser una embajadora que defienda los derechos de todos, en especial de las personas con condiciones especiales, como mi hermano, quien fue diagnosticado con TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad). Él ha sido mi mayor inspiración para querer marcar una diferencia”, comentó Grecia en una entrevista exclusiva para Ronda. Su deseo de luchar contra la discriminación hacia personas con discapacidades la ha llevado a definir su participación en el Miss Teen Venezuela como una plataforma para abogar por la igualdad y la inclusión.
Una miss con una causa y un propósito
Durante la pandemia, Grecia decidió estudiar Derecho, una elección que no estaba en sus planes iniciales. Al no encontrar la opción de estudiar odontología en Nueva Esparta, optó por Derecho, una carrera que le ha permitido canalizar su pasión por la justicia y la defensa de los derechos humanos. Esta decisión no solo la preparó para su futuro profesional, sino que la dotó de una perspectiva única que quiere llevar al mundo de las pasarelas.
“Quiero ser una miss diferente, que aporte cosas positivas a mi país y demuestre que las reinas de belleza podemos ser más que una cara bonita”, enfatizó Salazar. Con esta visión, la joven venezolana busca trascender los estereotipos de los concursos de belleza y convertirse en una líder que inspire a otras mujeres a luchar por sus sueños, independientemente de su apariencia o trasfondo.
La inclusión como eje de cambio
Grecia también aboga por un cambio en la percepción de belleza que impera en la industria. Para ella, los concursos de belleza deben abrir sus puertas a mujeres con diferentes contexturas, estaturas y trasfondos. “Todas las mujeres deben tener un espacio en las pasarelas, sin importar si encajan o no en el estereotipo tradicional de belleza. La verdadera hermosura está en ser fiel a uno mismo y en tener la valentía de luchar por lo que se cree”, afirmó con convicción.
Este enfoque la ha diferenciado de otras competidoras, al enfocarse no solo en su imagen, sino también en sus proyectos de vida y en la proyección de una filosofía de inclusión y diversidad. A lo largo del certamen, Grecia ha compartido mensajes inspiradores en sus redes sociales, ganando una creciente comunidad de seguidores que valoran su autenticidad y su compromiso.
Una proyección internacional y un futuro prometedor
Aunque su enfoque inmediato está en el Miss Teen Venezuela, Grecia ya piensa en el Miss Venezuela 2025, un certamen que considera su siguiente gran desafío. Para ella, el objetivo final no es solo ganar una corona, sino utilizarla como un vehículo para amplificar su mensaje y consolidarse como una de las principales defensoras de los derechos humanos en el país.
“La belleza es efímera, pero el impacto que dejas en las personas puede durar toda la vida. Por eso quiero que me recuerden como alguien que no solo caminó en las pasarelas, sino que también se comprometió a cambiar su entorno para mejor”, concluyó Grecia.
Más que un rostro, un corazón comprometido
Grecia Salazar Rives es una mujer con una visión amplia y un corazón gigante. A través de su participación en los certámenes de belleza, busca romper moldes y dejar un legado que inspire a la nueva generación de jóvenes venezolanos. Su evolución como modelo y defensora de causas sociales podrá seguirse de cerca en sus redes sociales, donde promete mantener a sus seguidores informados sobre cada paso que da en su camino hacia la cima.
Así, Grecia Salazar no solo representa al Distrito Capital en un concurso de belleza; también encarna la voz de una juventud venezolana comprometida, que no se rinde ante las dificultades y que sueña con un país más inclusivo y justo para todos.