Escrito por el economista y especialista en medioambiente, Víctor De Los Santos.
Aunque la República Dominicana y la región del Caribe cuentan con una apariencia de abundancia hídrica, las cifras muestran una realidad alarmante: el agua está en peligro. El país ocupa el tercer lugar en América Latina con menor disponibilidad de agua, solo superado por Puerto Rico y Haití.
Expertos advierten que el cambio climático incrementará los eventos de sequía y las olas de calor, exacerbando la crisis. Factores como la deforestación, la contaminación de fuentes hídricas y la extracción no regulada de materiales en los ríos agravan aún más esta situación crítica.
Crisis hídrica en regiones clave
En áreas como el Yaque del Norte, Yaque del Sur y Camú, la demanda de agua supera con creces la disponibilidad. En 2020, el Yaque del Norte tenía una disponibilidad de 3,122 millones de metros cúbicos anuales, mientras la demanda alcanzaba los 3,721 millones, equivalente al 119 % de su capacidad, según datos del INDRHI. Este desbalance pone en riesgo no solo el consumo humano, sino también la agricultura y otros sectores esenciales para el desarrollo económico.
Gestión deficiente y pérdida de recursos
La falta de inversión en infraestructura y tecnología es un desafío central. Más del 50 % del agua potable se pierde debido al mal estado de los sistemas de abastecimiento. Además, la contaminación por desechos industriales y agrícolas reduce la calidad del recurso, haciéndolo inutilizable para consumo humano y actividades productivas.
Educación ambiental: clave para el cambio
Ante este panorama, la educación ambiental se presenta como una herramienta crucial para generar conciencia y promover la acción ciudadana. El Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales lidera iniciativas como el Programa de Restauración de Suelos en Cuencas Hidrográficas y el Plan Nacional de Manejo de Cuencas Prioritarias, que buscan conservar y restaurar fuentes de agua. La reciente declaración de la Reserva de Biosfera Madre de Las Aguas en 2024 es un paso significativo hacia la protección de los recursos hídricos de la cordillera central.
Estas acciones también incluyen la creación de recursos educativos para fomentar el entendimiento de la biodiversidad, las áreas protegidas y la importancia de combatir los efectos del cambio climático.
Medidas para un futuro sostenible
Para garantizar la sostenibilidad hídrica, es fundamental que tanto el gobierno como la sociedad civil adopten medidas concretas como:
- Normativas estrictas: Prevenir la contaminación y la sobreexplotación de fuentes de agua.
- Mejora de infraestructura: Reducir las pérdidas y garantizar la calidad del agua.
- Reforestación: Restaurar áreas clave para la recarga de acuíferos.
- Educación comunitaria: Promover prácticas responsables en el uso del agua y la participación activa en su conservación.
La combinación de políticas públicas efectivas, inversiones en infraestructura y una población educada y comprometida es esencial para enfrentar esta crisis y garantizar que el agua, recurso vital, esté disponible para las generaciones actuales y futuras.