SANTIAGO, República Dominicana. – Con un alto costo económico y humano, el asma grave se posiciona como una de las enfermedades crónicas más desafiantes para el sistema de salud dominicano. Afectando a una fracción considerable de la población asmática, esta condición representa un riesgo constante de hospitalización, disminución en la calidad de vida y, en casos extremos, muerte prematura.
Según datos recientes, el 3.7% de los pacientes asmáticos en el país padece asma grave, una forma de la enfermedad difícil de controlar incluso con tratamientos estándar. Esta cifra, aunque minoritaria, concentra gran parte de las complicaciones y costos derivados del manejo del asma, lo que ha despertado la atención de especialistas y autoridades sanitarias.
Diagnóstico tardío y tratamientos inaccesibles
A pesar de los avances en el campo de la neumología, los pacientes enfrentan múltiples barreras: falta de acceso a especialistas, escasez de tratamientos biológicos, y una implementación limitada de protocolos clínicos. Estas condiciones no solo retrasan el diagnóstico adecuado, sino que comprometen la vida de cientos de personas que podrían beneficiarse de un manejo oportuno.
“Muchos pacientes solo cuentan con tratamientos de alivio inmediato, como los inhaladores SABA, que no resuelven el problema de base: la inflamación crónica de las vías respiratorias,” explica la doctora Natalia García, neumóloga y directora del recién formado Comité de Asma Grave de República Dominicana.

Este comité surge como una respuesta estructurada y profesional frente a una necesidad urgente. Conformado por un equipo multidisciplinario de médicos —neumólogos, alergólogos, gastroenterólogos, otorrinolaringólogos, reumatólogos y psicólogos—, busca educar, visibilizar, y presionar para el acceso equitativo a terapias innovadoras, como los medicamentos biológicos.
Hacia un abordaje integral y basado en evidencia
El comité organizó recientemente el foro “Hacer que los tratamientos sean accesibles para todos”, donde pacientes y médicos compartieron testimonios sobre el impacto de vivir con asma grave y las mejoras significativas logradas gracias a tratamientos personalizados y de última generación.
Durante el evento, se insistió en la urgencia de capacitar a los neumólogos para que identifiquen oportunamente casos de asma grave, realicen las pruebas de función pulmonar necesarias y propongan terapias ajustadas al perfil de cada paciente. “Sin un diagnóstico preciso, no hay solución efectiva,” remarca García.
Aunque el asma leve y moderada puede controlarse con medicamentos convencionales, los pacientes con asma grave requieren un enfoque más avanzado. Hoy en día, los fármacos biológicos permiten reducir la inflamación antes de que ocurra una crisis, evitando hospitalizaciones y preservando la función pulmonar a largo plazo.
Desigualdad en salud y llamado a la acción
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido que el 80% de las muertes por asma ocurren en países de ingresos bajos y medios, como República Dominicana. Esta estadística refleja no solo carencias médicas, sino una profunda inequidad en el acceso al tratamiento adecuado.
Ante esta realidad, el Comité de Asma Grave insiste en que el Estado dominicano debe incluir los tratamientos biológicos dentro del catálogo de medicamentos cubiertos por la seguridad social, permitiendo así que los pacientes más vulnerables no queden excluidos de soluciones que podrían cambiar sus vidas.
La lucha contra el asma grave en República Dominicana exige una política de salud pública coordinada, inclusiva y basada en evidencia científica. De lo contrario, seguirá siendo una enfermedad de alto impacto y bajo control, con consecuencias que trascienden lo clínico y tocan lo económico, lo emocional y lo social.
Un país no puede aspirar a una salud colectiva sin mirar de frente las enfermedades invisibles que, como el asma grave, aún respiran en silencio.