Santo Domingo. – El presidente de la Fundación Volver, Hanoi Vargas, denunció este viernes el grave abandono en el sistema de atención a la salud mental en la República Dominicana, señalando la falta de centros de rehabilitación especializados para personas con trastornos psiquiátricos, como la bipolaridad u otros padecimientos.
Durante una entrevista en el programa Matutino Su Mundo, Vargas afirmó que muchas personas con condiciones mentales terminan privadas de libertad porque no existen espacios adecuados en el sistema de Salud Pública para su atención. “No hay centros psiquiátricos de mediana o larga estadía donde se les pueda brindar una rehabilitación real”, calificando la situación como el desatino más grande de la historia.
“Es un desatino grande, que ha sido la respuesta histórica a una serie de casos que deberían tener otra atención. El desatino está en la parte donde identifican claramente que una persona tiene una afección mental y, por no tener en el sistema público un lugar donde tenerla para su atención psicológica y médico-psiquiátrica, le buscan la alternativa, porque no la pueden tener en la calle: vamos a privarlo de libertad. Pero es un sistema del que sales más trastornado todavía”, advirtió.
Indicó que la propuesta del sistema de salud actual se limita a hospitalizaciones psiquiátricas de corta duración, de apenas 7, 10 o 15 días, y en casos excepcionales hasta un mes, pero solo cuando el paciente está en estado crítico o “está pegado”. “Ahí te resetean el cerebro con terapia electroconvulsiva, te medican y luego te despachan para que entre otro”, expresó.
El psicólogo definió el trastorno bipolar como una condición psiquiátrica en la que las personas se manejan en dos polos emocionales: uno depresivo y otro de manía, explicando que el tipo uno se caracteriza porque los elementos maníacos están más acentuados que los depresivos, mientras que el tipo dos presenta una manía más leve, con predominancia de síntomas depresivos, que incluso pueden alterar la percepción de la realidad, además resaltó que con sintomatología la mujer es más depresiva pero en cuanto a quitarse la vida y tener pensamientos suicidas es el hombre.
“La depresión se caracteriza por síntomas conocidos como parte nuestra una persona ensimismada y retrotraída, con pensamientos autolesivos, aislamiento social, falta de participación, pensamientos recurrentes de ideación suicida, el maníaco se expresa con una conducta efusiva y expansiva, acompañado de una verborrea constante, conductas megalomaníacas y delirios de grandeza, donde la persona desarrolla múltiples proyectos al mismo tiempo”, explicó.
Vargas se refirió al caso del joven John Raymond Durán, quien recientemente impactó con su vehículo las puertas del Palacio Nacional, asegurando que ha dado seguimiento cercano a su situación, revelando que el joven presenta antecedentes familiares significativos relacionados con la salud mental, ya que tanto sus hermanos como sus padres han sido diagnosticados con condiciones similares y han estado bajo tratamiento.
“Desde el punto de vista genético, es importante entender el origen de ciertas enfermedades tiene ese componente, por lo tanto dentro de un historial psicosocial te das cuenta si dentro de la familia ha existido este trastorno que las posibilidades son importantes, cuando alguien lo presenta dentro de sus diagnósticos”, dijo.
Aclaró que el término “loco” se utiliza de forma continua y despectiva, lo cual provoca que muchas personas se resistan a recibir atención médica psiquiátrica o psicológica por miedo a ser etiquetadas, además citó datos de la Oficina Nacional de Estadística (ONE), los cuales reflejan que los trastornos más frecuentes en el país son la depresión, la bipolaridad, la esquizofrenia y otros padecimientos vinculados con la ansiedad generalizada.
“Nosotros hemos estado abogando porque las ARS asuman su responsabilidad en las coberturas, basados en una carga de enfermedad que demuestra que este tipo de problemática va en aumento, y como país necesitamos una respuesta”, argumentó el especialista.
Asimismo, denunció que muchas familias, ante la falta de respuesta del sistema de salud pública, recurren a medidas inhumanas como encadenar o encerrar con candado a los pacientes con trastornos mentales. Otras personas sufren medicación indiscriminada por parte de familiares que, sin formación, no encuentran opciones adecuadas en el sistema, asegurando que existen menos de 100 camas disponibles en el país para atención especializada, con un presupuesto “pírrico” de menos del 1% destinado a salud mental y escasos proveedores disponibles.
“La gente tiene dificultades para acceder a servicios en zonas rurales, hay muchas provincias donde no hay psiquiatras porque se concentran en las ciudades, y eso se corresponde con la lógica del ejercicio profesional, mientras más te alejas hacia la periferia del país, menos conciencia hay sobre los síntomas de afecciones mentales, y si la entrada económica no permite el acceso y los seguros no cubren esos servicios, y dentro de las propuestas de salud no están, lo que queda es amarrar al ‘loco’”, dijo.
Argumentó que muchas afecciones mentales están vinculadas con las adicciones, y que en numerosos casos los pacientes tienen un doble diagnóstico, es decir, no solo presentan problemas de adicción, sino también depresión, esquizofrenia u otros trastornos. Estas personas, a causa de su condición, pueden cometer delitos menores, es considerado heroinómano, pero por la ley 50-88 que actualmente dice que si le encuentran a una persona una mínima porción de LSD o heroína se puede tipificar como traficante y condenar con 10 años.
“Bajo ese amparo de una ley desfasada, un muchacho con problemas de heroína, que vino quizás deportado, lo trajo de allá o con fentanilo que son derivados opiáceos, se le pone 10 años, lo dejan 7 presos y cuando salen fichados no se puede reinsertar, ¿qué va a hacer? seguir”, declaró.
En ese sentido, propuso al Gobierno crear una alianza interinstitucional mancomunada, como una responsabilidad social compartida entre el Estado, el empresariado, las iglesias y entidades dedicadas a la atención de adicciones, para analizar el fenómeno desde una perspectiva nacional y diseñar una estrategia efectiva con presupuesto y apoyo real a las iniciativas de prevención y tratamiento.
“En el caso de las adicciones, Salud Pública lo que tiene es un solo programa que trabaja en el Moscoso Puello, desde las 9 a 1. Después de ahí, la respuesta a este problema la dan Hogares Crea, los centros religiosos y entidades como Volver, que son multidisciplinarias, que tienen un matiz clínico. Pero obviamente, sin cobertura de seguros ni asistencia del Estado. Tienes que cobrar o mandar a los muchachos a vender a la calle, una violación a su confidencialidad. Es una dificultad para rehabilitarse, porque no están en tratamiento ni atendidos por personal disciplinario. Eso agudiza el problema”, expresó.
Vargas precisó que la adicción no se define solamente por el uso o abuso de sustancias psicoactivas, sino también por comportamientos obsesivos y compulsivos que alteran el equilibrio biológico. En ese sentido, advirtió sobre adicciones poco atendidas como la dependencia a la comida, las redes sociales o el uso excesivo de dispositivos electrónicos, además de “el tusi” y la cocaína, por su carácter estimulante, se encuentran entre las más consumidas en el país, junto con el alcohol.
“La marihuana sintética contenida en dispositivos conocidos como “pen” o tipos de vaper, los jóvenes están usando mucho, no advierten el consumo, cualquiera cree que es nicotina, pero lo real es que esa droga sintética potencializada en su THC está impactando el sistema nervioso central de los menores”, explicó.
Finalmente, Vargas anunció que en el mes de septiembre, en Massachusetts, en Loren, crearán una clínica de atención de salud mental, para asistir las demandas que vienen de EE.UU., además de asistir a los hispanos, sobre todo los dominicanos, que aunque tienen una seguridad que les cubre el sistema para la rehabilitación de las adicciones, no les favorece mucho por el tema de la legalización y por los tratamientos que son muy breves y caros si conllevan continuidad.