Es en el año 1500 antes de Cristo cuando aparecen las primeras publicaciones sobre la influencia de la música en los seres humanos, en muchas de las cuales se le califican como “un elemento capaz de curar el cuerpo, calmar la mente y purificar el alma”.
Desde la Prehistoria, ha sido utilizada como terapia y con los sonidos, ritmos y melodías se han llevado a cabo ritos mágicos, religiosos o de curación. Grecia es la cuna los planteamientos que sustentan los fundamentos científicos de la musicoterapia; concepto nacido en el siglo XX,
La musicoterapia ha sido definida como el “empleo de la música de parte de un profesional calificado (en un paciente o grupo), a fin de posibilitar y promover la comunicación, las relaciones, el aprendizaje, el movimiento… y satisfacer necesidades físicas, emocionales, sociales y cognitivas“.
Con el pasar del tiempo surgieron y evolucionaron muchas teorías sobre el tema y hoy la ciencia certifica que además de ser un pasatiempo o distracción; la música proporciona beneficios a la salud emocional y física de las personas, pues escucharla provoca estímulos cerebrales que accionan reacciones e influyen en aspectos importantes de la vida.
El poder curativo de la música tuvo a Pitágoras como uno de sus promotores y hoy los psicólogos aseguran que ella puede ayudar (consciente o inconscientemente) a mejorar el comportamiento y la capacidad de atención, estimular la percepción y aumentar la creatividad.
También sostienen los profesionales de la conducta que escuchando música es posible calmar o manifestar sentimientos y sensaciones (momentos de tristeza, de temor, alegría, nervios, enfado), controlar el estrés, reducir la sensación de fatiga y la ansiedad.
A continuación veamos otras de las propiedades terapéuticas de la música:
1) Permite explorar los sentimientos personales.
2) Cautiva y mantiene la atención, al estimular y promover la utilización de muchas partes de nuestro cuerpo.
3) Posibilita cambios positivos en nuestra vida y en estados emocionales.
4) Nos mueve a resolver conflictos con familiares y amigos.
5) Nos ayuda a poner un sentido de control sobre la vida a través de las experiencias exitosas.
6) Contribuye a que afloren a la superficie de nuestra conciencia recuerdos y emociones olvidadas.
7) Se orienta hacia el éxito, pues personas de todos los niveles pueden participar y disfrutar de ella.
8) Apoya y estimula el movimiento físico y emocional.
9) Provee un ambiente agradable.
10) Crea un contacto social sano y estructurado, que promueve la comunicación verbal y no verbal.