El consumo empedernido de alcohol podría aumentar de forma dramática el riesgo de insuficiencia cardiaca de una persona, aunque sea joven y esté sana, sugiere un estudio reciente.
Las personas que abusan del alcohol tienen un 70 por ciento más de probabilidades de contraer insuficiencia cardiaca, según los hallazgos presentados el martes en la reunión anual de la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association) en Orlando, Florida.
Los efectos nocivos de la bebida empedernida fueron particularmente pronunciados en los adultos jóvenes y de mediana edad, y en las personas que por lo demás tenían una buena salud, señaló el investigador líder, el Dr. Isaac Whitman, electrofisiólogo de la Universidad de California, en San Francisco. Pero el estudio no probó que la bebida empedernida provocara insuficiencia cardiaca.
Esos resultados sugieren que los adultos más jóvenes deben evitar el exceso de alcohol, sobre todo si no tienen ningún factor de riesgo de enfermedad cardiaca, planteó Whitman.
«En el caso del alcohol, no creo que sea prudente pensar que se puede abusar del alcohol por ser joven y sano», dijo. «Podría estar haciéndose relativamente más daño que sus contrapartes de más edad. Hay más que perder».
Otros estudios han arrojado resultados mixtos respecto a la salud cardiaca y un consumo entre leve y moderado de alcohol. Por ejemplo, un consumo moderado parece ayudar a reducir los niveles de colesterol, pero también aumenta el riesgo de arritmia, dijo Whitman.
Los investigadores analizaron los expedientes de más de 858,000 pacientes de California tratados entre 2005 y 2009. Los pacientes tenían entre 30 y 79 años de edad.
Los médicos habían diagnosticado abuso del alcohol en el 4 por ciento de esas personas. En general, alrededor del 12 por ciento contrajeron insuficiencia cardiaca congestiva, encontraron los investigadores.
El abuso del alcohol emergió como un potente factor de predicción de la insuficiencia cardiaca congestiva, incluso después de que los investigadores ajustaran por otros factores de riesgo como la edad, la hipertensión, la diabetes, fumar y los niveles elevados de colesterol.
Además, los autores del estudio encontraron que el abuso del alcohol era incluso peor para los corazones de las personas sanas que no tienen otros factores de riesgo cardiaco, señaló Whitman.
«Si uno es una persona más sana, el corazón es desproporcionadamente más susceptible a las toxicidades del alcohol», advirtió.