Curioso pero cierto, Alemania sumó un título que no tenía en sus vitrinas luego de vencer 1-0 a Chile en una final de Copa Confederaciones en el que funcionó como máquina, que aprovechó la juventud de su plantel y que de paso deja claro los motivos por los que desde ya es uno de los grandes contendientes al título del mundo.
Fueron primeros minutos en los que Chile hizo sufrir a Alemania, provocó sendas llegadas y puso en predicamentos a Ter Stegen aunque la eficacia estaba en la otra portería. Un grosero error de Marcelo Díaz abrió la puerta para que Stindl marcara el 1-0 al minuto 20 y desde ahí el partido fuera distinto.
Alemania se sintió cómodo, dejó la pelota en el cuadro andino y desde ahí manejó el contragolpe que no le dio réditos por la buena defensa que Chile montó en sus regresos.
El equipo de Pizzi se vino abajo con el gol, no logró recuperarse en todo el primer tiempo y Alemania tuvo las más claras, incluso en el comienzo del complemento los teutones se sentían como en casa y aparentemente sin oponente.