Por Miguelina Terrero de http://elnacional.com.do
Santo Domingo-RD- Los consejos y el tiempo de calidad dedicado a la crianza de los hijos, tiene sus frutos. El mágico secreto es no desesperar y observar el momento de los resultados. La pequeña Angélica da un buen ejemplo de esto a su padre, el actor y productor Kevin Martínez cuando con frecuencia suele notar si su padre pasa por un mal momento.
Imitando a la perfección las recomendaciones que le da su padre cuando ella tiene algún problema, la pequeña lo reconforta diciéndole las mismas palabras que él le ha dicho a ella para consolarla. Sin darse cuenta –dice Kevin- me recuerda que el camino con ella tiene sentido y que hay que seguir.
El productor de la serie “Mortales” confiesa que pertenece a una generación y a una familia en la que el distanciamiento, era la forma en la que se procuraba el respeto, por lo que una de las cosas que más disfruta en la relación con su hija, es que han logrado ser amigos sin menguar su autoridad como padre y debaten las decisiones que afectan a ambos haciéndola consciente, de que por experiencia es él, siempre, quien tiene la última palabra.
A la pregunta de qué cosas lucha por cambiar en beneficio de su hija, Kevin explica que “para todo padre hoy en día es un desafío poder brindarle a sus hijos tiempo de calidad, tener el valor de apagar el celular y crear un espacio en el puedas estar totalmente presente. Es inevitable el temor a no estar haciendo lo correcto y nada fácil la responsabilidad de educar sin excesos y de darle un tipo de amor que ellos no interpreten como debilidad”.
De uno de sus momentos más difíciles como padre cuenta la anécdota de que nunca entendió la fijación de los padres por escoger los amigos de sus hijos, hasta que le tocó ver a su hija bajo los efectos de alguna mala influencia.
“Tener que enseñarle a su edad que la permisividad de algunos padres de hoy en día no es saludable, que en la vida con llanto no se consigue nada y sobre todo que ella no tiene que ser como nadie por agradar, fue difícil”.
Martínez, quien cría y educa solo a su hija, reflexiona que ésta va a tener la libertad de escoger cómo y qué quiere ser en la vida y está convencido de que la única ecuación que le dará a ella son las herramientas para poder ser feliz y esto le aportará a él la tranquilidad de haber cumplido con su deber, con amor y disciplina.
“Mi madre ha sido mi soporte siempre, a ella le debo todo lo que soy, de ella aprendí y hoy lo transmito a mi hija, que en la vida las cosas se ganan, y que los atajos terminan siempre alargando las cosas, para mí, mamá también fue mi padre”.