El milagro de dar vida de la artista plástica mexicana se perciba tal cual fue: múltiple, trágica, inspirada y creadora, gracias a una oportuna unidad de talentos.
José Rafael Sosa
Jennie Guzmán, una artista y productora muy joven, nos asalta y sorprende, al encarnar el texto dramático del guionista, actor , director y gestor de derechos Humanos Humberto Robles de León de León, logrando, por segunda vez.
Destaca el elemento actoral por encima de recursos técnicos, aun cuando se debe reconocer el aporte de vestuario, maquillaje y peinado, el punto brillante es la capacidad de esta joven actriz para conducir al público por las percepciones, sentidos profundos y sentencias de la Kalo, y que permite sentir que el teatro dominicano se renueva, se perfuma de una juventud dispuesta a seguir con dignidad el trayecto de las tablas.
Guzmán no tiene la altura ni el porte de Kalo, pero sabe compensar sus ausencias con un cuidadoso proceso de entrega a la responsabilidad de hacer creíble y vivible su personaje.
Ella nos conduce a los símbolos, encuentros y desencuentras que marcaron la vida de Kalo: viajes, personajes distantes y cercanos, percepciones de naciones que como Francia y Estados Unidos, fueron parte de un itinerario en que se desplegó su talento.
La artista domina sobre todo la gestualidad de una semiparalizada paciente, presionada por prendas de yeso y correas de cuero; se remonta al accidente vial, terrible por el que perdió de modo sangriento, la virginidad y, sobre todo, deja sentir el amor incondicional, pero opresivo y excesivamente abierto, desde un Diego Rivera, que hace innecesario acto de presencia, tanto como La Catrina, de la que hubiéramos deseado una mayor plasticidad en sus procesos corporales.
Jennie Guzmán, apoyada por su directora, Ruth Emeterio, también aborda un variado universo vocal, con acento mexicano, que desde expresiones cotidianas hasta imprecaciones, dejan ver a la dueña de La Casa Azul, tal cual se pronunciaba.
Nueva vez, Robles
La obra dramaturgia de Humberto Robles de León, se ha ido transformando en tradicional para el quehacer local.
Hace siete años (2010) se montó este mismo trabajo unipersonal (Viva la Vida) con la misma figura central, Jennie Guzmán, dirigida por el maestro Ángel Haché, a quien se hace homenaje póstumo ahora. Posteriormente, en 2016 se montó en sala Ravelo, del Teatro Nacional, dirigidas por Iván Mejía «7 Mujeres», una obra escrita junto con uan Ríos Cantú y que fue aquí actuada por Yanela Hernández, Rosa Aurora López, Katyuska Licairac, Johanny García, Chabela Estrella, Susy Aquino Gautreau, Elizabeth Chahín, y Patricio León.
Humberto Robles de León es autor de 7mujeres, Que no se culpe a nadie de mi muerte – actualmente en montaje en –Teatro Guyola a cargo de Karina Licairac, ratificando su condición de ser el dramaturgo mexicano vivo más representando en América Latina y España.
Robles de León es un creador de conceptos teatrales de una notable incidencia local.
Ficha Técnica:
Frida, Viva la Vida
Autor: Humberto Robles de León
Dirección: Ruth Emeterio
Producción: Jennie Guzmán
Maquillaje: Claudia González
Vestuario: Maskarella y Nicole Jiménez
Escenografía; Ángela Bernal
Línea Gráfica: Samuel Esteban
Frida: Jennie Guzmán
Personajes accesorios:
• Mario Núñez (Diego Rivera)
• Esthefany Vargas Pérez (La catrina)