La firma francesa, de la mano del diseñador Karl Lagerfeld, ha trasladado la magia de París a Roma y ha recreado los cafés parisinos, las cuidadas floristerías y pastelerías, una orquesta e incluso el metro de París en la capital italiana. Lo ha hecho en los míticos estudios cinematográficos de Cinecittá, concretamente en el que Federico Fellini rodó La Dolce Vita, el Teatro 5, número estrella de la casa de modas.
En él se presentó el desfile Métiers d’Art Paris à Rome 2015/2016 ayer por la noche. Un París en blanco y negro con discretas luces ha sido la atmósfera elegida por el alemán para rendir su particular homenaje a los talleres artesanales o, literalmente, a los «maestros de arte». Con esta expresión, la firma se refiere a los estudios que se encargan de labores tan concretas y minuciosas como la manipulación de las plumas, la creación de los sombreros o el diseño de un tipo concreto de bordado. Y a ellos dedica cada año un desfile que busca preservar un patrimonio único y contribuir a la formación de nuevos trabajadores para asegurar la pervivencia de los oficios. Con esta colección de «media costura», Chanel ha querido subrayar la importancia del trabajo de estos artesanos y lo ha hecho en una atmósfera de ensueño.
Al blanco y negro del decorado se han unido los tonos de un «otoño tardío romano», es decir, los colores fetiche de la maison: beis, crema, gris, azul marino y negro junto con una paleta de marrones, ocres, naranjas y capuchino. Tejidos como la lana, el cachemir, el cuero, la seda o la gasa combinan la elegancia típica parisina con el glamouritaliano. También hay vestigios romanos en los motivos de mármol travertino que decoran los vestidos, faldas, blusas y abrigos de esta colección.