José Rafael Sosa
La tragedia del amor ofrece en el arte un millón de senderos distintos y de rutas del más variado tono.
La de Cyrano de Bergerac, es una especial ruta desde que este drama en cinco actos y en verso del poeta y dramaturgo francés Edmond Rostand, fuera estrenado en el teatro de la Porte-Saint-Martin, el 27 de diciembre de 1897, hasta hoy, cuando hasta el cine ha recreado el amor del personaje por su prima, Roxane, una mujer hermosa, quien a su vez de quien está enamorada es del cadete Christian de Neuvilette.
Este conjunto de condiciones emotivas, establecidas en la literatura dramatúrgica clásica, es retomado por una actriz, en el tono de la comedia del arte y al son juglar de su atmósfera y tono escénico, para producir uno de los montajes más interesantes del presente año, dirigido por Manuel Chapuseaux y con la producción de Teatro Alternativo, de Lorena Oliva.
Utilizando las máscaras creadas por Miguel Ramírez y Maya Oviedo y aplicando un aire argentino y sus parlamento y cantar, la Oliva se adueña del espacio escénico para producir una experiencia que deleita con su humor entre líneas, que se burla de la fealdad del narizudo personaje, víctima de los caprichos del amor fuera de su lugar.
El monólogo trascurre entre la diversidad de los personajes que adapta la directora argentina que ha hecho vida personal, familiar y profesional en la República Dominicana, transmitiendo la fuerza de una tragedia que cuenta la muerte de Cristian en la guerra y la tardía lecturas de las cartas que dejó para Roxane, de parte del ya envejecido Cyrano.
Una tremenda labor la de divulgar los clásicos, en una tarea que debería recibir mucho mayor apoyo en patrocinios por la trascendencia de su impacto en la formación estético-teatral de quienes reciben su mensaje.
Teatro en su expresión más pura, la que se apoya en entrenamiento, en la fuerza del espacio en negro, para ser llenado de fuerza expresiva, de variación en los tonos de voz y la multiplicación, a vista del público, de los cuatro personajes que desfilan, cada cual con su personalidad y textos definidos.
Chapuseaux, con este y otros montajes, ve reforzada su postura como director teatral de consistencia. La escena dominicana tiene la capacidad de asimilar para sus tablas, todo el empeño que sea capaz de elevar sus dones.
Si la vuelven a reponer en Teatro Alternativo o en Teatro Guloya, o donde sea, no se pierda. Por nada.