Cada año, la Vicepresidenta comparte un almuerzo con los menores bajo protección del Protocolo de Atención a Niños, Niñas y Adolescentes Huérfanos por Feminicidios
La vicepresidenta de la República, doctora Margarita Cedeño, agasajó este jueves a decenas de niños, niñas y adolescentes huérfanos por feminicidios amparados por el programa Progresando con Solidaridad (Prosoli), así como a las familias que los acogen, con motivo a las festividades navideñas.
La iniciativa social protege en la actualidad a 240 menores de edad que quedaron desamparados tras el asesinato de sus madres a manos de sus parejas o exparejas, mediante el Protocolo de Atención a Niños, Niñas y Adolescentes Huérfanos por Feminicidios, y además brinda seguimiento personalizado a 117 familias acogedoras o extendidas a nivel nacional.
Como cada año, Margarita Cedeño compartió un almuerzo con los menores, a quienes agasajó con juguetes, golosinas y un espectáculo de payasos, en una actividad realizada en la explanada de la Biblioteca Infantil y Juvenil República Dominicana (BIJRD).
“Ustedes son nuestro ejemplo, han sobrepasado situaciones muy duras, y para nosotros esa resiliencia que ustedes tienen, esa fortaleza, esa fuerza interior que ustedes han demostrado es lo que nos inspira a seguir trabajando, a seguir haciendo buenas políticas, a seguir administrando y gestionando las labores de un gobierno que son también muy arduas”, expresó la Vicemandataria.
La también coordinadora del Gabinete de Políticas Sociales exhortó a los niños y jóvenes víctimas de feminicidio a pensar en su futuro, en lo que quieren ser cuando sean adultos, teniendo siempre presente que lo más importante es que sean personas en valores. “Sepan que más allá hay un futuro bueno, una luz que los está guiando e iluminando”, señaló.
En su discurso cargado de empatía y esperanza, la Vicemandataria animó a los menores a que le pidan a Dios que les permita convertirse en jóvenes, adolescentes y adultos capaces de sembrar paz, comprensión, armonía y unión.
“Pídanle al Niño Jesús que cuando ustedes den una pisada, detrás de ustedes siempre esté Papá Dios. Dios está con ustedes, nosotros estamos con ustedes, sus familiares están con ustedes, no están solos. ¡Que la alegría nunca falte en sus corazones y enfóquense en un futuro brillante, que estoy segura que el Señor les tiene reservado”, les dijo.
La oración y la bendición de los alimentos estuvo a cargo de los padres Alejandro Antonio Cabrera, de la parroquia San Judas Tadeo; Wilfredo Montaño, de San Felipe Diácono y la Sagrada Familia; José Ramón Arias, de la iglesia San Juan Pablo II, de Boca Chica; y de Ángel Sánchez, de Don Bosco.
La actividad contó con la animación de la Tía Nancy, el payaso Chocolín, Rodolfo el Reno y los niños cantores que hicieron reír y bailar a los chicos y chicas. Los niños también disfrutaron de pinta caritas, Santa Claus y recibieron regalos de los Reyes Magos.
El protocolo
La iniciativa está dirigida a rescatar y proteger de la pobreza, discriminación, exclusión, abandono, explotación y abuso a los niños que han quedado sin el cuidado de sus padres. Con el protocolo los infantes provenientes de esas familias de escasos recursos en diferentes puntos del país reciben acompañamiento sociofamiliar, socioeducativo, apoyo sicológico y se dota de transferencias monetarias condicionas a aquellos hogares que, además de enfrentar un feminicidio, han sido categorizados en pobreza extrema o moderada por el Sistema Único de Beneficiarios (Siuben).
Los hogares categorizados reciben la tarjeta Progresando con Solidaridad, que incluye Comer es Primero, Incentivo a la Asistencia Escolar (ILAE) y el Bono Estudiantil Estudiando Progreso (BEEP), así como el acompañamiento personalizado que contempla el programa.
En coordinación con el Departamento de Salud Emocional de Prosoli, el Ministerio Público, el Consejo Nacional para la Niñez (Conani), y los ministerios de la Mujer y Salud Pública se brinda apoyo tanto a nivel grupal, como individual a cada niño con terapia emocional, para trabajar en el proceso de duelo con sus familias acogedoras.
El acompañamiento que se brinda a las víctimas incluye, además de las terapias psicológicas, seguimiento en la asistencia, rendimiento escolar y participación en las Escuelas de Familias, donde se tratan estos traumas y la recomposición familiar.
Además, como parte del acompañamiento a estos hogares, tanto los chicos como las familias acogedoras reciben capacitación especializada en los 42 Centros de Capacitación y Producción Progresando (CCPP) diseminados por todo el país, para que puedan superar las tragedias de las cuales fueron víctimas.