Ante la alta incidencia de insuficiencia renal es necesario promover el trasplante de donante vivo, el cual ofrece una mayor probabilidad de calidad de vida, frente al de un donante fallecido, señaló el doctor Diego C. Reino de Cleveland Clinic Florida.
Cifras del Instituto Nacional de Coordinación de Trasplantes (Incort), reportan que en la República Dominicana se han realizado un total de 1,008 trasplantes renales, desde el inicio del programa en 1972, sumándose a estos datos el primer trasplante renal pediátrico, realizado en febrero de este año.
Estas estadísticas son desalentadoras, acorde al Registro Internacional de Órganos y Trasplantes (IroDat), donde la República Dominicana ocupa el lugar número 60 de 195 países en donación y trasplante de órganos.
El doctor Diego C. Reino, cirujano de trasplante y hepatobiliar de Cleveland Clinic Florida, destaca la importancia de fomentar el trasplante de donante vivo. “En el gremio médico existe unanimidad en que la mejor supervivencia de injertos y trasplantes es cuando el riñón procede de un donante vivo. Las razones son múltiples, entre ellas, el hecho de programar una intervención quirúrgica en la que tanto donante como receptor lleguen en una situación óptima y, además, garantizar una alta calidad de los riñones trasplantados para beneficiar a receptores de menor edad”.
La donación en vivo se divide en dos tipos, la donación directa, que es donde el donante y receptor tienen algún vínculo afectivo y la donación indirecta, donde no existe vínculo afectivo entre el donante y el receptor, por ejemplo, cuando hay un intercambio de donantes o trasplante cruzado, es decir, que uno de los donantes da su riñón para ser usado en otro enfermo distinto a su familiar, porque no hubo compatibilidad con el receptor original. También se refiere a los donantes altruistas, quienes ceden uno de sus riñones a la sociedad sin conocer a la persona a la que le será implantado.
El especialista indicó que las causas principales que derivan en algún daño permanente en el riñón en adultos son la diabetes y la hipertensión arterial, ambos padecimientos asociados a la mala alimentación, sobrepeso y obesidad, mientras que en los niños son defectos de nacimiento, malformaciones congénitas y otros padecimientos hereditarios.
El doctor Reino destacó que la diálisis no puede curar las enfermedades del riñón. “Si tienes una enfermedad del riñón muy seria, necesitarás estar en diálisis por el resto de tu vida. Si quieres, y tu médico cree que eres un buen candidato, puedes decidir hacerte un trasplante de riñón”.
Cuando los riñones fallan, los desechos dañinos y el exceso de líquido se acumulan en el cuerpo ocasionando graves alteraciones en el organismo, la presión arterial puede elevarse, el cuerpo retiene exceso de líquido y no produce suficientes glóbulos rojos.
Donar un riñón no afecta la esperanza de vida del donante y no aumenta el riesgo de problemas renales en el futuro, indica el doctor Reino. El regalo de un riñón puede mejorar significativamente la salud y el estilo de vida de la persona que lo recibe y puede ser una experiencia muy gratificante para el donante.