Una colorida jornada de arte, bien coreografiada y apoyada en magníficos recursos técnicos y con algunos aspectos a mejora, reitera que el difícil género escénico, es un área del dominio del talento emergente y profesional del país.
José Rafael Sosa
Los ogros, sobre todo verdes, las princesas a ser rescatadas, el villano y el temible dragón del fuego, forman parte imprescindible de toda buena historia infantil de época de sueños.
Shrek, símbolo de fantasía dentro de la fantasía legendaria, con esta versión digna y respetable recién acabada de montar en Teatro Nacional, pone el énfasis en la importancia de tener talentos nuevos y consagrados dispuestos a enfrentar la exigencia del género.
a enseñanza principal, tras disfrutar del exquisito montaje, salvo algunos aspectos que entendemos pudieron ser mucho mejores, es el mensaje por el respeto a la diversidad, amistad, tolerancia y el amor más allá de las apariencias. Esa es su principal fortaleza.
El espectáculo es muy exigente a sus talentos, pese a lo cual salen a buen puerto, llevando un espectáculo un tanto extendido para ser infantil, pese a lo cual los niños lo disfrutan hasta el magnífico final. Una entrega de arte escénico digno y complejo.
Logros artísticos
Shrek en esta versión alcanza una colorida, musicalmente muy acabada, bien coreografiada y con un despliegue de vestuarios y técnicas, dignos de todo reconocimiento.
Las canciones interpretadas por las Princesas Fionas Annabelle Aquino, Priscila Maltés, Caterina Abel e Isabel Carrigó y la adaptación de las letras a temas locales (Fefita, bailes “Te la cuti” y “Scoby Doo pa pa”).
La gerencia inteligente de las grandes masas actorales y danzantes, logrando.
La actuación de Rafael Ravelo (Lord Farquaad), con un personaje que demando notable exigencia física al tener que interpretar un personaje con la mitad de la estatura real. Lo enfrento muy bien. Y el parecido físico alcanzado es un logro técnico indudable.
El manejo de la marioneta de super formato del Dragon estable un precedente, logrando una limpieza de ejecución y una estética que nada envidia a versiones del mismo recurso en musicales internacionales.
José Alexander Diaz (Sherek) se establece como un nombre de respeto en la actuación y es un aporte escénico trascendente salido de Jam Academy. Debio tener un maquillaje mejor terminado para dar una apariencia más “natural”.
Fernando Bruno (Burro) hace su aporte al montaje, solo que lo sentimos en momentos sobre-actuado e innecesariamente amanerado.
Los créditos
Sherek, basado en el novela infantil de William Steig, (1990) y con música de Jeanine Tesson, primer fue una película animada de DreamWorks (2001) y se estrena en teatros en Broadway en 2008, Jam Academy, fundada y dirigida por la soprano y actriz norteamericana Elizbeth Lenhart (dirección general) y el notable aporte de Luis Marcel Ricart (dirección teatral) y Gracielina Olivero, (dirección de danza), se ocupan de poner todo el cuidado para que una masa tan grande de artistas noveles (estudiantes de Jam Academy) y algunos profesionales experimentados, hayan entregado un espectáculo inolvidable, vivo y de enorme poder en su mensaje de diversidad e impacto artístico.
Junto a ellos, es resaltante el aporte del marco musical, a cargo del pianista Hedrich Báez, el diseño y confección de los vivos vestuarios (Adolfina Lluberes) y en un lugar preminente, la escenografía que recrea el bosque y el pantano, el palacio y la torre, responsabilidad de una mujer que ha demostrado ser un sello nuevo y firme en esa especialidad, Angela Bernal.
Las funciones fueron a beneficio del programa social JAM Cares, que desarrolla la academia a través del programa JAM Teens.