El Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y el Gobierno de Haití firmaron hoy un acuerdo de financiación para ayudar a restablecer la productividad agrícola en las zonas del país más afectadas por el huracán Matthew en octubre de 2016.
El acuerdo incluye una inversión de USD 10,8 millones destinada al Programa de Innovación Tecnológica Agroforestal y Agrícola (PITAG). El programa ya está en marcha con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Programa Mundial de Agricultura y Seguridad Alimentaria (PMASA).
Los fondos del FIDA permitirán expandir el proyecto a ocho nuevas comunas (municipios) del departamento Sur, una zona muy dañada por el huracán Matthew, y ayudarán a difundir la adopción de tecnologías agrícolas sostenibles.
“La población rural de Haití sufre un círculo vicioso de baja productividad agrícola, alta degradación ambiental y malnutrición”, dijo Lars Anwandter, Gerente del Programa del FIDA en Haití. “El proyecto pretende romper este ciclo y ayudar a las familias de pequeños agricultores a mejorar su productividad, su seguridad alimentaria y sus ingresos”.
En total, el PITAG invertirá USD 76,8 millones para mejorar las vidas de los agricultores familiares haitianos. Los grupos particularmente desfavorecidos, como las mujeres y los jóvenes serán objeto de atención preferencial para el proyecto, que se espera que beneficie a más de 65.000 familias.
Según Anwandter, el proyecto permitirá a los pequeños agricultores producir más y mejor al mismo tiempo que cuidan del medio ambiente, algo desesperadamente necesario en uno de los países más pobres del mundo que además está seriamente afectado por el cambio climático.
En las últimas décadas, la isla caribeña ha visto cómo se han degradado enormemente sus suelos, reservas de agua y bosques. Los datos del Banco Mundial muestran altos porcentajes de pobreza en el conjunto del país (59 por ciento de la población total), siendo esta situación más grave en las zonas rurales (75 por ciento).
Para hacer frente a estos desafíos, el PITAG pondrá a disposición de los pequeños agricultores de Haití tecnologías y prácticas agrícolas que se ajustan a las condiciones locales. Por ejemplo, el cultivo de combinaciones de árboles frutales y vegetales permitirá obtener cosechas más abundantes y alimentar a más personas. Hoy en día Haití produce solo el 45 por ciento de la comida que necesitan los haitianos.
El proyecto adopta un enfoque centrado en las personas, haciendo énfasis en la participación de la comunidad. Las nuevas tecnologías y prácticas se implementarán a través de escuelas de campo para agricultores, un método de aprendizaje basado en la enseñanza entre iguales. Después de la capacitación, los pequeños agricultores recibirán insumos agrícolas y apoyo para poner en práctica las innovaciones que han aprendido.
“En el FIDA no solo proporcionamos apoyo financiero a las personas, sino que las ayudamos a hacerse cargo de su propio desarrollo”, explicó Anwandter.