Uno de los actores más reconocidos de Hollywood, Samuel L. Jackson tenía planes de especialización en biología marina antes de una clase de oratoria cambió para siempre su futuro.
En primer lugar su debut en el escenario y en películas de televisión, Jackson ganó elogios de la crítica en los años 1990 con sus actuaciones premiadas en Jurassic Park, Pulp Fiction, Jackie Brown y Die Hard: With a Vengeance.
Ahora, con más de 100 películas (y contando), no es de extrañar que Jackson es el más alto de All Star taquilla tiempo después de las astronómicas cifras que llegan a su bolsillo.
Mucho antes de tener que hacer su primer millón, Jackson todavía estaba luchando contra su propia adicción a principios de 1990. Regularmente bebiendo y fumando marihuana y cocaína crack, las cosas estaban en su peor momento para Jackson cuando su hija pasó frente a él, mientras inhalaba cocaína depositada sobre la mesa.
Reconociendo su adicción, Jackson se internó en rehabilitación en lo que pretende ser la mejor decisión que jamás se ha hecho. Una vez limpio y la planificación de una nueva vida, Jackson consiguió su papel estelar como, irónicamente, un adicto a la cocaína en Jungle Fever.
Hoy en día, Jackson dice que sus únicas adicciones son jugar al golf y trabajar en nuevas películas.