(HealthDay News) — Las personas que sufren de asma podrían ser más propensas a contraer la culebrilla, una dolorosa enfermedad de la piel, según un estudio reciente.
El hallazgo amplía investigaciones anteriores que sugirieron un vínculo entre el asma y el riesgo de contraer la culebrilla.
«El asma representa una de las cinco enfermedades crónicas que más sufrimientos causa en EE. UU., y afecta a hasta el 17 por ciento de la población», dijo el autor del estudio, el Dr. Young Juhn, pediatra académico general y epidemiólogo del asma en el Centro de Investigación Pediátrica de la Clínica Mayo, en Rochester, Minnesota.
«El efecto del asma sobre el riesgo de infección o de disfunción inmunitaria podría ir más allá de las vías respiratorias», dijo Juhn en un comunicado de prensa de la Mayo.
Los investigadores analizaron los expedientes médicos de los pacientes con casos que se sospechaba que eran de culebrilla. Identificaron a 371 personas (con una edad promedio de 67 años) con la enfermedad. Se comparó a esos pacientes con 742 personas que no tenían la culebrilla.
De los 371 casos de culebrilla, el 23 por ciento de los pacientes tenían asma. Pero solamente el 15 por ciento de las personas que no tenían la culebrilla tenían asma, hallaron los investigadores. Las personas con asma tenían aproximadamente un riesgo un 70 por ciento más alto de contraer la culebrilla que las personas sin asma, informaron los investigadores en la edición del 28 de diciembre de la revista Journal of Allergy and Clinical Immunology.
Pero el nuevo estudio no probó una relación causal entre el asma y la culebrilla.
El eczema, o la dermatitis atópica, también se asoció con un riesgo más alto de contraer la culebrilla. La tasa de pacientes con eczema y que contrajeron la culebrilla fue del 12 por ciento, en contraste con el 8 por ciento de los del grupo de control, señalaron los investigadores.
No están claras las razones por las que el asma y el eczema podrían estar relacionados con un riesgo más alto de contraer la culebrilla. Pero los investigadores sugirieron que el asma podría contribuir a desencadenar la reactivación del virus que provoca la culebrilla.
«Ya que el asma es un factor de riesgo no reconocido del zóster [la culebrilla] en los adultos, se debería pensar en la vacunación de los adultos de a partir de 50 años de edad con asma o con dermatitis atópica como grupo al que dirigirse con la vacuna contra el zóster [la culebrilla]», afirmó Juhn.
Desde 2006 hay una vacuna contra la culebrilla disponible en Estados Unidos que reduce el riesgo de contraer la culebrilla en aproximadamente un 50 por ciento. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. recomiendan a todos los adultos que se vacunen contra la culebrilla cuando cumplan los 60 años de edad.
La culebrilla afecta a casi 1 millón de estadounidenses cada año, según los autores del estudio. La afección es particularmente prevalente en las personas de edad avanzada.