Cada fanático del pasatiempo de Estados Unidos sabe que nació en Cooperstown, Nueva York.
Esa historia es un invento, cocinado en 1907 por un comité encargado de descubrir los orígenes del béisbol.
Y es que le dieron el crédito a Abner Doubleday, un héroe de la Guerra Civil que supuestamente inventó el juego en Cooperstown en 1839. La verdad es que Doubleday no era ni un fanático del deporte, ni mucho menos su creador.
El béisbol, tal como lo conocemos hoy, fue una creación del neoyorquino Alexander Joy Cartwright, un bombero y empleado de banca voluntario que creó las reglas de los tres ataques, el infield en forma de diamante y todas las líneas de foul.
A pesar de la versión popular del origen del béisbol creada por Doubleday, existen numerosas referencias a los términos baseball y “bat and ball” halladas en documentos del principio del Siglo XVII.
En realidad, el origen del béisbol debería ser definido como la evolución de dicho deporte, ya que, según lo que los historiadores del juego han venido encontrando, el béisbol es una derivación del “Stool Ball” practicado en la Edad Media, y a su vez, el “Stool Ball” proviene de juegos rituales practicados en el mundo antiguo.
La primera referencia al término “Base ball” se da en 1744, poco menos de cien años antes de que Abner Doubleday, supuestamente lo inventara en Cooperstown, Nueva York.
En 1744 surge en Inglaterra la primera evidencia impresa del juego Base Ball que fue publicada en un libro de pasatiempos infantiles. En ese año y 1796 surgen otras referencias hacia ese deporte en Europa. En 1796, las primeras reglas del “Base Ball” se publicaron en Alemania, lo que da cuenta, que en ese país, probablemente el juego ya se practicaba.
El juego emigra de Europa a América entre mediados y finales del siglo XVIII llevado por los colonos ingleses que se establecían en el Nuevo Mundo.