La mayoría de los países de Latinoamérica viven una delicada situación respecto al asesinato de mujeres, la República Dominicana no escapa a esta realidad, muy por el contrario, numerosos casos han escandalizado a la sociedad.
Ante estas tristes situaciones muchos utilizan la palabra femicidio o feminicidio de manera indistinta para referirse a lo mismo, sin embargo existen opiniones encontradas con relación al uso de ambos términos para referirse a lo mismo.
La RAE, por ejemplo, no acepta la palabra femicidio pero sí feminicidio. Por otro lado, la organización Fundéu BBVA manifiesta que la palabra feminicidio es una variante de femicidio. No obstante, algunos países diferencias ambas palabras
A juicio de la doctora Ligia Pérez de Pineda de la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala, los términos ‘Femicidio’ y ‘Feminicidio’ están siendo utilizados como refiriéndose a lo mismo.
Ambos están siendo utilizados como términos homólogos, como si fuesen sinónimos, sin embargo, presentan diferentes matices.
Femicidio: Se denomina a los asesinatos de mujeres considerándolos como homicidio, sin destacar las relaciones de género, ni las acciones u omisiones del Estado.
Es decir, son los asesinatos contra niñas y mujeres que se sustentan en violencias que acaecen en la comunidad y que no van dirigidas a las mujeres por ser mujeres,- independientemente de que los hayan cometido hombres- pero tienen consecuencias irremediables para ellas, y que deben ser tomados en consideración para efectos de prevención y erradicación de la violencia social.
Feminicidio: Se consideran los asesinatos de mujeres por su condición de género, es decir tomando en cuenta las relaciones de poder y se vincula con la participación del Estado por acción u omisión, derivado de la impunidad existente.
El feminicidio es sistémico, es el asesinato de una niña/mujer cometido por un hombre, donde se encuentran todos los elementos de la relación inequitativa entre los sexos: la superioridad genérica del hombre frente a la subordinación genérica de la mujer, la misoginia, el control y el sexismo.
No sólo se asesina el cuerpo biológico de la mujer, se asesina también lo que ha significado la construcción cultural de su cuerpo, con la pasividad y la tolerancia de una sociedad masculinizada culturalmente de generación en generación.