La bufanda, palabra que posiblemente proviene del vocablo francés bouffante (que se hincha o se ahueca) es un accesorio realmente versátil y que independientemente del lugar donde la exhibas te permite complementar o cambiar tu “look” y proyectar un estilo diferente y hasta cierto aire de sensualidad.
Denominadas también como pañuelos, chalinas, tapabocas, pasamontañas y echarpes, las bufandas son utilizadas por las mujeres para cubrir el cuello, la cabeza, sobre el hombro, en la cintura o para colgar en la cartera y buscar cierto equilibrio con el vestuario.
Además, podemos encontrarlas en diversos modelos, confeccionadas en una gran variedad de tejidos, con infinidad de diseños y en numerosos colores y tamaños, por lo cual resultan una opción acorde a la ocasión, la ropa y la imagen que nos interesa proyectar.
ORIGEN:
El uso de estos pañuelos se originó en la antigüedad, con los griegos y romanos, los cuales la denominaban sudarim (que significa paño para el sudor) y la gente las empleaba para absorber la transpiración, durante el frío para calentar y como complemento de la moda, a la par con los sombreros y los guantes. Se adaptan a cualquier gusto y edad, siempre aportan elegancia y no pasan de moda.
La nobleza las utilizó durante la Edad Media y hasta el Renacimiento para simbolizar los estratos sociales, porque la iniciación de rutas comerciales desde el Lejano Oriente y China propició la mercantilización de elementos exóticos, telas y materiales que solo los más pudientes económicamente podían adquirir.
DIO ORIGEN A LAS CORBATAS MASCULINAS
En el siglo XVII las bufandas fueron usadas por soldados mercenarios croatas que apoyaron a Luis XIII de Francia y al Cardenal Richelieu en contra el duque de Guise y la reina madre Maria de Medici. Los parisinos admiraron la distinción que esta prenda les daba a los oficiales e integrantes de las tropas y tropas que las utilizaban y de ahí surgieron las corbatas modernas.
CONSEJOS PARA USAR LAS BUFANDAS EN DIFERENTES ESCENARIOS
EN LA OFICINA: Es recomendable es que sean livianas y delgadas y usarlas al estilo corbata, pues esto permitirá complementar un vestuario monocromático. Pero también puedes utilizarlas anudadas al pecho, para mostrar el cuello, o por encima de una chaqueta o camisa.
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EN LA PLAYA: Cúbrete el pelo con una bufanda, a fin de protegerlo. La puedes colocar de tal forma que las tiras sueltas de hilo bajen hasta tu espalda y produzca un movimiento; o bien sobre los hombros para resguardarte del viento, cuando estés en la noche junto al mar y (si es muy delgada y brillante) te la colocas en forma de cinturón.
POR LAS NOCHES:Llévalas más elaboradas y de la mejor calidad, que se vea y se sienta fina. Lúcela sobre los hombros y elige una que combine con los accesorios.
Prefiérelas en colores que contrasten con los tonos generales de la ropa o combínalas con los zapatos, la cartera o los accesorios.
Durante el verano o días calurosos puedes usarlas en lugar de una chaqueta o abrigo y lograr así que tu blusa o camisa adquiriera protagonismo.