El estreno de Los Domirriqueños 2, que inicia este jueves 21, se inscribe en el marco de las comedias comerciales que buscan captar esa gente, que sin demasiadas expectativas críticas y tan solo con el deseo de divertirse, desean pasar un buen rato=, reír de buena gana y reconocer en pantalla a figuras amadas respetadas por su labor en el cine y otros medios de comunicación.
Jose Rafael Sosa
Divertida e hilarante para la gran masa, producirá tanto carcajadas como buenas ventas, pero hasta ahí
La comedia es, como género, es el inicio del cine y el pilar popular y económico de la industria.
En 2017, cuatro comedias en el país, produjeron el 90% de todo lo que produjo el total de las 21 películas estrenadas.
Son las comedias el género de mayor poder de atracción, de mayor fuerza comercial y logra que, impulsadas por formidables campanas de mercadeo (con las que no cuentan las producciones independientes) que pasen miles y miles de personas por boletería.
La calidad del cine y la comedia ha formado cofradías más de una vez y baste con recordar las inolvidables entregas de Chaplin, Samuel Billy Wilder, Mel Brooks, Howard Hawks, Joel y Ethan Coen, para citar solo una muestra.
La comedia en el país ha estado impulsada, desde su auge local contemporáneo, felicitado por una oportuna Ley Nacional del Cine, debido por el imperativo comercial, entregando, en buena parte de su producción, productos modelados por un patrón emanado de otros géneros, como el simplismo visual televisivo, el chiste de base conversacional y la trama previsible que grita hacia dónde va y que se puede esperar de sus discursos.
Dentro de la comedia local, y no es posible aplicar una calificación única a sus entregas, condicionado e criterio por la producción de determinados directores (entre ellos Robertico Ángel Salcedo), que si bien tienen el beneficio de ser amplia oferta de trabajo para la industria y el plato de mil para los millares de cinéfilos que abarrotan la taquilla, creando un público necesitado por toda la industria, no llegan a ser realmente cine.
Ya se cuenta con otras vertientes de la comedia, en la que se inscriben piezas como Todas las Mujeres Son iguales, El Fantasma de mi Novia, ¡Colao y Que León!, que escapan del esquema y dejan sentir el corazón que se imprime a sus detalles y los valores de su producción.
No quiere decir esto que sean comedias perfectas o modelos exclusivos para exponer o seguir. Lo que si representan es el empeño de darle sentido, profundidad y diversidad al cine mas popular que existe.
La más reciente
Los Domirriqueños 2 es un cine claramente imperfecto, sobre todo desde el punto de vista actoral y en sus giros argumentales de su guion, pero eso no lo capta la masa, necesitada de diversión fácil y simple.
Esta sátira de situaciones, previsible como ella sola, presenta mejores valores de producción que su antecesora, sobre todo en segunda parte cuando entran las acciones en torno al circo y de dejas sentir mucho mejor su poder hilarante, romántico y de sarcasmo. El primer tramo avanza torpemente entre incidencias de las que se sabe de antemano el resultado y con soluciones de arte (como la peluca verde o la indumentaria china de Mr. Hu) que pudieran haber sido más convincentes.
Los talentos, Fausto Mata, Aquiles Correa y Tony Pascual, Jorge Pavón (Molusco) Antonio Gil y los cubanos Pichy Boys cumplen su cometido actoral, pese a lo acartonado y marcado de sus desempeño. Estos actores pueden dar más de lo que se ve en pantalla, aun cuando no sea fácil decirlo y mucho mas difícil, aceptarlo.
Las mujeres están mucho mejor: creíble y efectiva Alba Nidya Diaz y la dominicana Sthepanie Liriano, que impregna verosimilitud, gracias a un rol emotivo, sincero y sentido. Ella vuelve a ser el punto mas alto desde su modesto rol secundario.
Sinopsis
Cuatro empleados de una empresa se mantenimiento hogareño, son demandados por un pésimo trabajo en casa de una inaguantable y prepotente política boricua. Para poder pagar fundan un circo chino. Todo, a partir de ahí, será impredecible.