NBAMANIACS.- Efectivamente. Curry ha sido uno de esos muchos que no han estado en el Mundial de China dejando a sus representantes en cueros, con la peor clasificación (7º) de toda la historia del Team USA. Ahorrémonos el oportunismo y los tentadores “¿¡Ahhh sí, ahoraa!?”.
Stephen Curry –quien ya adelanta a Popovich y cía que cuenten con su espada para los Olímpicos de Tokio en 2020– nos da sus motivos para decir no China y sí a Japón, y ya depende del fuero interno de cada uno si brindarle coartada suficiente o no.
“Ese es el plan [acudir a los JJ.OO], desde luego, pero toco madera, pues esperemos que ni las lesiones ni ninguna otra cosa interfiera en el camino”, advierte el base de GSW. “Quiero ir porque nunca he estado el equipo olímpico. Sin embargo, sí he estado ya con la selección en dos Mundiales en los que hemos ganado sendos oros. Pero las Olimpiadas es una experiencia que quiero vivir”.
Dos, no miente, han sido las ocasiones en que Curry dijo ‘sí’ al Team USA en dos Copas del Mundo y ambas veces la selección norteamericana se alzó campeona. La chispa de la motivación por algo ya conseguido antes y por partida doble, se había apagado en el dos veces MVP.
A este motivo podemos añadir dos más. Una temporada (otra más) interminable, fruto de disputar sus quintas Finales consecutivas, a lo que sumar un nuevo año sorteado con cautela en temática de lesiones (el gran coco de Curry), y que además exigió un esfuerzo extra por su parte en la recta final, fruto, sobre todo, de la gravísima lesión de Kevin Durant.
Así, tras un verano de descanso muy necesario, se alza en el inmediato horizonte un reto tremendo y apasionante en el que deberá demostrar, más que nunca –sin KD y sin Klay Thompson por varios meses–, lo enorme jugador que es, y que con su sola figura Golden State sigue siendo candidato…
Y ahora, Pops, ¿qué?
Los JJ.OO cogerán a Curry con 32 años. Maduro pero ni mucho menos pasado. Uno de los mejores jugadores del planeta, algo de lo que por supuesto es muy consciente; y por eso encaja en la lista de Jerry Colangelo, director general del Team USA. Pues además del deseo singular (en el caso Stpeh) de disputar sus primeros JJ.OO., también detecta orgullo nacional herido. “Esto te hace recordar quién pensabas que iba a venir a la guerra y finalmente no apareció”, afirmaba Colangelo, intuyendo una respuesta de los All-NBA.
Y ya tenemos al primero, hambriento de vendetta. “Si conseguimos que vayan los chicos que se suponen que tienen que estar allí, todavía somos los mejores”, afrima Steph.
Esto, más leña, abre de par en par el otro gran debate a la sazón de lo ocurrido en el Mundial. ¿Debe ahora Popovich premiar a los mejores pensando en Tokio o bien a los que, cuando el barco casi se vacía, decidieron quedarse a bordo y embarcar?