El SARS-CoV-2, un coronavirus identificado como la causa de la enfermedad denominada COVID-19, requiere (al igual que todos los virus) de una célula donde albergarse y reproducirse. Pero ¿cuál es su “vida útil”? ¿durante qué tiempo puede permanecer activo antes de encontrar un huésped donde alojarse?
Los resultados de una investigación auspiciada el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID) de Estados Unidos, los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.UU., la Universidad de California en Los Ángeles y la de Princeton, este virus puede permanecer activo por horas o por días, dependiendo del material en el que se haya depositado.
Se ha comprobado que un milímetro de sustancia expectorada por un afectado de COVID-19 podría contener hasta cien millones de partículas virales, por lo cual su transmisión es tan fácil cuando alguien entra en contacto con gotitas de saliva o mucosidad de algún contagiado.
Los diversos experimentos llevados a cabo por los especialistas de las instituciones antes mencionadas arrojaron los siguientes resultados:
1) Un minúsculo porcentaje del virus logra mantenerse activo en las secreciones hasta por tres horas y cada vez que alguien tose, puede producir hasta 3,000 gotitas de mucosidades
2) En el acero inoxidable y el plástico un porcentaje del virus conservó su capacidad infecciosa hasta por tres días, lo cual sugiere que podría permanecer esta cantidad de tiempo en puños y mangos de puertas, brazos y espaldares de los muebles, así como en otras superficies duras.
3) La supervivencia del SARS-CoV-2 en otros materiales resultó menor que en el acero y el plástico.
4) El virus sobrevivió solo 24 horas en superficies de cartón y apenas cuatro horas en cobre.
¿CÓMO DESACTIVAR ESTE VIRUS?
Un estudio publicado en el Journal of Hospital Infection asegura que el SARS-CoV-2 puede desactivarse si se desinfectan las superficies con etanol al 62-71%, peróxido de hidrógeno (agua oxigenada) al 0.5% o hipoclorito de sodio (lejía doméstica) al 0.1% en 1 minuto».
En sus recomendaciones, la Organización Mundial de la Salud insiste en importancia de que los procesos de desinfección y limpieza ambiental se ejecuten de forma correcta y reiterada, al tiempo que destaca la importancia de lavarse las manos frecuentemente, durante al menos 30 segundos, con agua y jabón o con el auxilio de un desinfectante que contenga en manos que contenga entre 62 y 70 por ciento de alcohol.