Alexandra Hatcu, quien es toda una celebridad en las redes sociales, narró los procesos estéticos a los que se fue sometida y confesó que luego de su primera experiencia con el biopolímero se volvió casi adicta al quirófano.
“Fui inconsciente al inyectarme los biopolímeros. Yo fui responsable de eso y estoy pagando las consecuencias, hoy en día no culpo a nadie”, dijo en un video colgado en su canal de YouTube.
En dos ocasiones, la ex esposa del cantante urbano Mozart La Para, se inyectó los glúteos para hacerlos lucir más voluptuosos.
Su primera experiencia con el biopolímero fue en el año 2013. Según narra, lo hizo porque se veía “chata”, a pocos meses después del nacimiento de su hija. Un año más tarde siguió sintiéndose inconforme con sus glúteos, por lo que volvió nuevamente al quirófano.
La influencer confesó que pagó 60 mil pesos por los dos procesos, realizados en un lugar clandestino. En marzo del año pasado decidió quitárselos porque ella y su ex-esposo estaban planeando tener otro bebé.
Por esa razón viajó dos veces a Colombia por recomendación de una amiga. Sin embargo, contó que vivió una pesadilla, ya que en las dos cirugías en lugar de los glúteos reducírseles le aumentaron.
La rumana dijo que no se sentía bien con el cuerpo que tenía después de los biopolímeros porque los tenía muy exagerados y donde quiera que iba la gente se le quedaba mirando, pero tenía miedo de ir a un centro porque no confiaba en nadie tras la experiencia vivida en Colombia.
El pasado 27 de julio se sometió a otra cirugía, esta vez de reconstrucción porque según ella, tenía un desastre. Luego que salió del quirófano le informaron que el biopolímero estaba regado y tenía un implante abierto.
Aunque ya se encuentra mejor, revela que ha vivido momentos difíciles y todo gracias a uso de biopolímero, un material que va afectando el sistema inmunológico.
Se trata de sustancias sintéticas, que incluyen componentes tales como silicona líquida, algunos derivados de la parafina, aceites e incluso materiales no aptos para las personas.
Los biopolímeros son productos no compatibles con el organismo que se inyectan en alguna parte del cuerpo con el fin de aumentar su tamaño. Son promocionados en el mercado y son muy atractivos por los bajos costos de tratamiento.
Pese a todo esto, muchos establecimientos de dudosa reputación y/o personas sin experiencia, siguen ofreciendo rellenos faciales y corporales que supuestamente contienen elementos inofensivos como el ácido hialurónico.
Es importante aclarar que ninguna de estas sustancias inyectables es realmente confiable y segura, ya que en determinado tiempo, el cuerpo las rechaza generando una reacción negativa, a tal punto de ocasionar graves consecuencias de salud y secuelas imborrables en los que lo utilizan.