Escrito por: James García, experto en seguros, presidente de SURA y ex-presidente de CADOAR
Los devastadores incendios forestales en Los Ángeles, California, han provocado alertas sobre lo expuesta que está esta zona no solo a las altas temperaturas, sino a que los incendios sean desproporcionados. Queda claro que los incendios podrían haber ocurrido en un planeta sin cambio climático, pero que este los ha empeorado en aproximadamente, un 25%. Esta es solo una de las razones por las que muchas aseguradoras han tomado la difícil decisión de eliminar coberturas en zonas de alto riesgo, debido a la incapacidad de responder adecuadamente por el aumento en la frecuencia y severidad de estos desastres.
En República Dominicana, la realidad que enfrentamos nos lleva a reflexionar sobre nuestra vulnerabilidad ante desastres naturales como terremotos, huracanes, tormentas e inundaciones, fenómenos que afectan de manera recurrente nuestras comunidades y nuestro desarrollo. A pesar de estos riesgos, el 95.5 % de las viviendas no están aseguradas, lo que pone en riesgo la estabilidad de millones de familias, dejándolas sin un respaldo que les permita afrontar y superar las consecuencias de un evento de esta magnitud.
Más que una cifra, este escenario evidencia la necesidad urgente de ampliar la protección y fortalecer la confianza en el sector asegurador, promoviendo soluciones accesibles que brinden seguridad y estabilidad a quienes más lo necesitan.
La confianza no se exige; se construye. Desde el sector asegurador, tenemos la responsabilidad de crear soluciones accesibles y cercanas, que reflejen el verdadero valor de estar protegidos. Debemos ser claros, honestos y comprometidos en nuestra labor de gestionar riesgos y respaldar a las personas en los momentos más difíciles. Para mí, ser parte de una empresa que hace compañía representa un compromiso con el bienestar y la prevención, entendiendo que no se trata solo de proteger bienes materiales, sino de brindar tranquilidad y confianza a quienes confían en nosotros.