El Centro de Orientación e Investigación Integral (COIN) ha emitido un llamamiento a la sociedad y las autoridades para promover una política de drogas basada en los derechos humanos, especialmente en lo que se refiere a la defensa del derecho a la salud de todas las personas, incluyendo a aquellos que usan drogas.
La institución hace un especial hincapié en la necesidad de generalizar los servicios de reducción de daños para que sean accesibles a cualquier persona que los necesite.
En los últimos años, el país ha experimentado un aumento de las muertes por sobredosis, pero la oferta de servicios y estrategias que aborden la reducción de daños para usuarios de drogas sigue siendo limitada.
Aunque el COIN ofrece servicios de reducción de daños a través de su proyecto Príncipe, que incluye la realización de pruebas de VIH, la provisión de condones y kits de consumo seguro, así como acciones de educación para la reducción del daño y el riesgo, estas iniciativas aún no están generalizadas.
El comunicado emitido por ONUSIDA en el Día Internacional de la Reducción de Daños anima a ampliar los servicios de reducción de daños, especialmente en cárceles.
En la República Dominicana, ha habido algunas experiencias puntuales, como el proyecto piloto realizado por el Centro de Atención Integral a las Dependencias (CAIDEP) en 2017 para la provisión de terapia sustitutiva de opioides y las acciones de intercambio de jeringas llevadas a cabo por FUNDOREDA en la década de 2010.
Sin embargo, el país aún tiene un largo camino por recorrer en la implementación de acciones generalizadas de reducción de daños, en parte debido a las limitaciones impuestas por la ley de drogas 50-88.
El concepto de reducción de daños se refiere a un conjunto de estrategias destinadas a reducir las consecuencias negativas asociadas con el consumo de drogas.
La Coalición Nacional de Reducción de Daños de EE. UU. define esta estrategia como un espectro de prácticas que incluyen un uso más seguro, un uso controlado y la abstinencia, y que aborda las condiciones de uso junto con el uso en sí.
Con el respeto por los derechos humanos, se busca que las personas que consumen drogas tengan acceso a estrategias que les permitan cuidar de su salud y evitar, por ejemplo, infecciones por VIH o Hepatitis C.