En el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el proyecto Comunidades Caribeñas Resilientes (CCR) presenta un balance de sus avances en la construcción de resiliencia frente al cambio climático, destacando la equidad de género como un eje central en su implementación.
Este enfoque, aplicado en comunidades de República Dominicana, Haití y Cuba, combina la Adaptación basada en Ecosistemas (AbE) con iniciativas que buscan transformar las dinámicas de género tradicionales.
El CCR se enfrenta a barreras significativas que limitan la participación plena de las mujeres en el desarrollo sostenible de sus comunidades, pero también identifica oportunidades clave para fomentar un cambio estructural. Los roles de género tradicionales, la carga de trabajo no remunerado y la violencia de género emergen como factores que aumentan la vulnerabilidad de las mujeres frente a los efectos del cambio climático y perpetúan desigualdades económicas y sociales.
Resultados del estudio de género: barreras persistentes
Un diagnóstico participativo realizado en 2024 en República Dominicana reveló datos alarmantes sobre las percepciones de género en las comunidades rurales. El 76% de los encuestados considera que los hombres son mejores en la toma de decisiones, mientras que el 72% atribuye a las mujeres un mayor rol en el cuidado y crianza debido a su «instinto maternal». Estas creencias limitan el acceso de las mujeres a roles de liderazgo y recursos productivos, restringiendo su participación en actividades económicas y comunitarias.
El estudio también señaló que las mujeres dedican, en promedio, cuatro veces más tiempo a tareas domésticas y de cuidado que los hombres, lo que reduce sus oportunidades de desarrollo personal y económico. Esta dependencia económica refuerza la vulnerabilidad de las mujeres ante ciclos de pobreza y violencia de género. El 56% de los encuestados reportó la presencia de violencia de género en sus comunidades, con escaso acceso a mecanismos de protección o apoyo.
Oportunidades de transformación: hacia una resiliencia inclusiva
Pese a estos desafíos, el proyecto CCR ha identificado estrategias efectivas para promover la equidad de género. Entre ellas, la incorporación de las mujeres en actividades productivas tradicionalmente dominadas por hombres, como la restauración de suelos y la agroforestería. Estas experiencias no solo les permiten desarrollar nuevas habilidades, sino que también generan transformaciones en las dinámicas comunitarias, desafiando normas de género arraigadas.
Asimismo, los talleres de sensibilización y educación en género han sido herramientas clave para fomentar una reflexión colectiva sobre los roles tradicionales y la importancia de compartir responsabilidades de cuidado y producción. Estas iniciativas han facilitado una mayor aceptación de las mujeres en roles de liderazgo, promoviendo una integración equitativa en la toma de decisiones comunitarias.
Retos a largo plazo y compromisos del CCR
A pesar de los avances, el CCR reconoce que el camino hacia la equidad de género y la resiliencia sostenible requiere esfuerzos sostenidos. La superación de estereotipos y la reducción de la violencia de género exigen un compromiso continuo y recursos destinados al monitoreo de las brechas de género. Para ello, el proyecto está integrando indicadores específicos que evalúen los impactos de sus intervenciones y permitan ajustar las estrategias conforme a los resultados.
El CCR también fomenta alianzas con organizaciones locales e internacionales, fortaleciendo la colaboración en la promoción de enfoques inclusivos. Estos espacios de diálogo son fundamentales para sensibilizar sobre la importancia de la equidad como base para construir comunidades resilientes frente al cambio climático.
Un llamado a la acción: eliminar la violencia para avanzar hacia la resiliencia
En este Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el CCR reafirma su compromiso con la creación de comunidades inclusivas y justas. Superar las barreras que enfrentan las mujeres y niñas, así como otros grupos marginados, es esencial para garantizar una resiliencia efectiva frente a los desafíos climáticos.
Los logros del CCR hasta ahora demuestran que el cambio es posible: al empoderar a las mujeres y reconocer su papel como agentes de transformación, se fortalece no solo su bienestar, sino también la resiliencia colectiva de las comunidades caribeñas frente al futuro.