En uno de los partidos más atractivos de los octavos de final de la Champions League, el Barcelona visitó al Chelsea en Stamford Bridge. Con la intención de romper una maldición, Lionel Messi lideró la ofensiva catalana que le permita convertirle a los Buespor primera vez en su carrera.
Sin embargo, el planteo que ideó Conte atentó contra los deseos españoles. La férrea línea defensiva complicó el andamiaje de la visita y la presencia de Eden Hazard como único delantero despertó una enorme preocupación en Ter Stegen, ya que el belga se las ingenió para crear las situaciones de riesgo del dueño de casa.
La velocidad de Willian fue otro recurso para dañar a la última línea del Culé. Incluso en más de una ocasión, los intérpretes del Barcelona debieron recurrir a infracciones para detener al brasileño que amagaba con dar el golpe. En la más clara del primer tiempo, el moreno estalló un remate contra el palo izquierdo del arquero y el público respondió con una euforia desmesurada.
A lo dicho se suma la escena que protagonizó antes de que llegue el descanso. La presión ofensiva británica le permitió a Willian capturar un defectuoso despeje de Umtiti y probar de media distancia. Clanc. Otra vez el sonido metálico del poste le ahogó el grito que tanto merecía el Chelsea. La incógnita se planteaba sobre si la justicia llegaría en el complemento.
En el segundo tiempo la figura de la noche europea consiguió el premio que se merecía. Tal como lo había intentado en la etapa inicial, Willian festejó el 1 a 0 con un precioso remate de media distancia. El efecto rasante que el aplicó al balón dejó sin posibilidades al alemán, quien sólo atinó a observar cómo la pelota rebotaba contra la red.
Sin embargo, una pésima salida defensiva le dio la posibilidad al Barcelona de reaccionar en territorio ajeno. Una desinteligencide Christensen, Fábregas y Azpilicueta convirtió a Iniesta en héroe. El experimentado referente del Barça recuperó en zona de riesgo, habilitó a Lionel Messi y la Pulga selló el 1 a 1 con un remate a contra pierna de Courtois. El empate posiciona al elenco de Valverde como candidato a pasar a la siguiente fase, aunque el notable trabajo realizado por el Chelsea alimenta las esperanzas de la hazaña. Habrá que esperar al 14 de marzo cuando se vuelvan a ver las caras en el Camp Nou.
BAYERN MUNICH 5, BESIKTAS 0
El Bayern goleó por 5-0 al Besiktas de Estambul, con dobletes de Thomas Müller y Robert Lewandowski y un tanto de Kingsley Coman, puso un pie en cuartos de final de la Liga de Campeones y puede afrontar el partido de vuelta con cierta tranquilidad.
La goleada se concretó en el segundo tiempo, después de que el Besiktas jugó una buena primera parte pese a quedarse con diez hombres por la expulsión de Vida en el minuto 15.
El partido tuvo un arranque intenso, con un Besiktas decidido a ofrecer resistenciaal Bayern tratando de bloquear la salida del balón del equipo alemán con una presión adelantada.
El Bayern tuvo más llegada y la primera clara fue en el minuto 6 con un cabezazo de Müller a centro de David Alaba desde la izquierda, pero el equipo turco logró en el primer cuarto de hora convertir el encuentro en una cuestión de nervios y los bávaros no lograron ejercer un dominio claro.
Las cosas cambiaron con la expulsión de Vida con roja directa, por derribar a Lewandowski cuando el polaco estaba a punto de entrar al área con el camino hacia la portería completamente despejado.
A partir de ese momento, la superioridad bávara en lo relativo a la posesión del balón y al dominio territorial se hizo más clara, pero la primera ocasión la tuvo el Besiktas en un contragolpe de Vagner Love en el minuto 19.
El Bayern avisó en el minuto 30 con una llegada de Alaba, cuyo remate dentro del área fue bloqueado por un defensa y a los pocos segundos con un cabezazo a quemarropa de Mats Hummels ante el que Fabri reaccionó con una buena parada.
En el 43 llegó el primer gol, obra de Müller tras una jugada que inició Kingsley Coman con un desborde por la banda derecha y un centro que terminó en los pies del capitán bávaro, que marcó dentro del área pequeña.
La ventaja pareció darle confianza al Bayern, que en la segunda parte empezó a manejar el partido a placer ante un Besiktas que, a diferencia de lo que había ocurrido durante el primer tiempo, no inquietó mucho al conjunto alemán.