BARCELONA (Jordi Blanco, ESPN Digital) — El FC Barcelona acabó goleando en el derbi catalán frente a un Espanyol muy intenso, que le presentó batalla y que aspiró a algo más que el 0-3 con que concluyó un partido de alto voltaje y que se decidió con tal diferencia por cuestiones simplemente particulares en un choque más equilibrado de lo que ofreció el marcador final.
Un regalo de Jurado apenas comenzar la segunda mitad, una carrera de Messi con asistencia final a Rakitic y otro regalo de Aarón a Suárez marcaron la diferencia entre dos equipos de realidad muy diferente y que solo una vez al año, en este escenario, parecen equilibrarse. Aunque no tanto.
El derbi catalán sobrevive a duras penas por los duelos que se viven en Cornellá. Cierto es que nunca ha perdido allí el Barça y que, de hecho, desde 2007 no es derrotado a domicilio por el equipo periquito, pero si en el Camp Nou no se aprecía tal grado de rivalidad, en el estadio blanquiazul la tensión es continua. Y al equipo azulgrana le cuesta, y no poco, imponer sus galones.
Le ocurrió este sábado, que alcanzó el descanso sin un solo disparo con intención entre los palos de Diego López mientras Jurado tuvo una excelente ocasión para el 1-0 en una primera mitad antipática para los intereses del campeón e idílica para los del Espanyol, que atando en corto a los cracks rivales y saliendo a la contra con electricidad disfrutó más de lo que habría imaginado.
REGALO
Pero cuando más daba la impresión de empezar a impacientarse el Barça, al que le costaba horrores encontrar huecos al inicio de una segunda mitad otra vez intensísima por parte blanquiazul… A Jurado no se le ocurrió otra cosa que, desde la línea divisoria, lanzar un balón sin ton ni son hacia atrás. Y por allí apareció Luis Suárez.
Tras cinco partidos sin ver puerta, el uruguayo rompió la red agradeciendo ese regalo inverosímil, un error de patio de colegio indigno de un partido de este calibre y más aún cometido por el futbolista con mayor calidad de ese Espanyol que acusó la dureza del golpe.
Intentó el Espanyol dar un último arreón. Primero con la entrada de Leo Baptistao y después con la de Hernán Pérez, pero para entonces Messi ya gobernaba, con la colaboración de Busquets y Neymar, un partido cada vez más cómodo para los intereses del Barça.
Y la sentencia, temida por la hinchada local y buscada por los visitantes, llegó a los 77 minutos por medio de Rakitic, quien remató con toda calma una asistencia excepcional del ’10’ azulgrana, quien no precisó alcanzar la matrícula de honor para convertirse, como acostumbra, en el líder absoluto del líder.
El Barça sigue al frente de la Liga. Se llevó de Cornellá una goleada que probablemente, a la vista del juego, de los 90 minutos, fue más de lo que mereció. Pero es que los regalos se pagan. Ante un equipo como este, sin duda.