El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) presenta hoy su «Informe de Sostenibilidad 2019 sobre su trabajo integrado en el ámbito de la sostenibilidad, la huella de gases de efecto invernadero (GEI) de su cartera de préstamos y los logros de su Programa de Sostenibilidad Corporativa.
Por primera vez, el informe también incluye información sobre la evaluación sistemática del riesgo de desastres y cambio climático de sus proyectos.
En 2019 el Grupo BID financió US$ 4,9 mil millones en actividades relacionadas con el cambio climático a través de sus proyectos, lo cual representó un 29 por ciento de las aprobaciones anuales del Grupo BID.
Como parte de su Política de Medio Ambiente y Cumplimiento de Salvaguardias, el Grupo BID también calcula las emisiones absolutas de los proyectos que pueden generar cantidades significativas de emisiones de GEI. En 2019, se reportaron las emisiones brutas de GEI para 34 proyectos que generaron un estimado de 214.000 toneladas métricas de dióxido de carbono equivalente, el valor más bajo de los últimos cinco años.
A nivel corporativo, el BID ha sido el primer banco multilateral de desarrollo en comprometerse con la neutralidad de carbono desde 2007. Esto cubre hoy todas las emisiones de las actividades corporativas, incluyendo instalaciones, flotilla de transporte y viajes de negocios de los empleados. En 2019, el BID dio un paso adicional al establecer una meta aprobada por su Directorio Ejecutivo, en el Marco de Resultados Corporativos, para reducir las emisiones de las instalaciones y flotilla en un 14 por ciento para 2023, con la instalación de paneles solares y reemplazo de luces con bombillas LED, entre otras medidas.
En 2019, el Banco también actualizó sus Políticas para la Adquisición de Bienes, Obras y Servicios para préstamos y operaciones de asistencia técnica. Las políticas ahora incluyen consideraciones para la adquisición sostenible de estos insumos.
Por último, el informe subraya el trabajo del BID sobre la adaptación al cambio climático y la reducción del riesgo de desastres, que son complementarios para desarrollar resiliencia. Por ejemplo, en 2018 y 2019, el BID aprobó seis préstamos contingentes para desastres naturales en Argentina, Bahamas, Belice, Ecuador, Jamaica y Surinam, por un total de US$ 885 millones.
La Segunda Actualización de la Estrategia Institucional y el Marco de Resultados Corporativos que la acompaña también se aprobaron en 2019, manteniendo un enfoque claro en la sostenibilidad ambiental y el cambio climático.
A partir de 2020, el compromiso del BID en materia de desastres y riesgo climático será monitoreado a través de su Marco de Resultados Corporativos. El objetivo es que el 100% de los proyectos con riesgo moderado o alto de desastres y cambio climático analicen los riesgos para identificar acciones de resiliencia para 2023.
Además, el BID ha establecido el objetivo de que el 65% de sus aprobaciones anuales de proyectos incluyan inversiones en adaptación y mitigación al cambio climático. Estos indicadores se complementan con indicadores de resultados para monitorear la cantidad de GEI reducidos a través del financiamiento del BID y, por primera vez, medir el número de beneficiarios de una mayor resiliencia ante desastres y cambio climático, entre otros indicadores.
Para que los países de América Latina y el Caribe cumplan con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y cumplan sus compromisos en virtud del Acuerdo de París, la creación de resiliencia a los peligros naturales y la adaptación a los impactos climáticos serán esenciales para crear ciudades y comunidades con bajas emisiones de carbono y resilientes al clima.
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