Este verano promete ser uno de los más calurosos en el país. Desde el pasado marzo la temperatura, en promedio, se han ubicado en la franja horaria que va desde las 2:00 y hasta las 4:00 de la tarde, entre los 34 y 35 grados Celsius.
Pero junio, julio y agosto nos reservan mucho más. De hecho, los meteorólogos ya han vaticinado que las altas temperaturas durarán hasta noviembre. Por eso hemos pedido a Daikin, un líder en climatización, que nos ayude con algunos consejos para que nuestro aire acondicionado esté listo siempre y nos permita encontrar en casa el confort deseado.
Filtros limpios = mejor operación y mayor ahorro: Al ensuciarse y obstruirse evitan que se produzca un correcto intercambio de frío o calor tanto en la unidad interior como en la exterior, bajando de manera considerable el rendimiento del equipo, aumentando su consumo eléctrico, forzando su funcionamiento y reduciendo su vida útil.
Unos filtros sucios hacen que la unidad consuma hasta un 25% más, lo cual repercute directamente en los gastos del hogar. Esta tarea es muy sencilla, se desmontan los filtros y se lavan bajo el grifo con agua templada y un poco de jabón blando.
Comprueba que tu unidad exterior se encuentre en perfecto estado. Es importante realizar un mantenimiento regular de los equipos exteriores, ya que en ocasiones los agentes externos pueden generar pequeños daños en las unidades. Recuerda comprobar que la ventilación es correcta y que no se producen obstrucciones de ningún tipo.
Acude a un experto para revisar la carga del gas refrigerante. No sigas consejos o reglas de otros. Los profesionales serán quienes mejor te podrán ayudar en esta tarea. La pérdida de gas refrigerante afecta notablemente en el rendimiento del equipo.
No ignores las reglas de uso de tu aire: una diferencia con la temperatura exterior de más de 12º C no es saludable; cada grado menos se traduce en un 8% más de consumo de energía. Además, recuerda mantener tu aire entre los 22°C y 25°C.
Pon en práctica esos consejos: evita ventilar la casa en las horas centrales de calor para que no se produzca un calentamiento excesivo; no sitúes el termostato cerca de una fuente de calor; no lo bajes en exceso para que enfríe más o más rápido, ninguna de las dos cosas sucederá y estarás gastando más.