El 48.6 por ciento de los emprendimientos en su etapa de madurez en el país fracasan por problemas financieros y la falta de planeamiento estratégico.
Este es el resultado de una encuesta realizada por el Instituto del Fracaso (The Failure Institute), una organización sin fines de lucro que investiga sobre negocios fallidos para contribuir en la elaboración de políticas públicas.
El estudio, encargado por la Vicepresidencia de la República, a través del Gabinete de Coordinación de Políticas Sociales (GCPS), y que abarcó a 600 emprendedores que tuvieron al menos un negocio que fracasó, 273 de los cuales son participantes del programa Progresando con Solidaridad (Prosoli) y 359 que no lo son, persigue plantear políticas públicas que garanticen que los grupos vulnerables puedan participar de iniciativas para la generación de emprendimientos sostenibles y aumentar la empleabilidad de hombres y mujeres pertenecientes a hogares en pobreza y extrema pobreza en las 13 provincias más carenciadas.
La encuesta, que fue presentada durante el “Foro de Inclusión Social y Emprendimiento Sostenible para Poblaciones Vulnerables: Explorando el fracaso emprendedor”, organizado por la Vicepresidencia de la República, el GCPS, el Instituto del Fracaso y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), señala que el 66.9 por ciento del total de los encuestados no formalizaron las operaciones de sus negocios, aunque el 43 por ciento dijo saber cómo hacerlo.
Al encabezar el acto de inauguración del foro, Rosa María Suárez, directora técnica del GCPS, dijo que se tiene la realidad de los emprendedores a través de ese estudio que plantea los desafíos a los que se tiene que hacer frente para que los sistemas de protección social puedan alcanzar a las familias más vulnerables.
“La información que vamos a ver es desafiante, el referente internacional de los estudios habla de que el 75 por ciento de estos emprendimientos no dura más de un año. Entonces, ese es el desafío que tenemos todos los que estamos aquí. ¿Qué vamos a mirar? ¿Por qué fracasan los emprendimientos?”, manifestó.
Asimismo, al presentar el estudio, el director ejecutivo del Instituto del Fracaso, Pepe Villatoro, quien tiene gran experiencia adquirida al formar cinco empresas y asesorando emprendedores, dijo que el mismo evidencia la debilidad deque las tres cuartas partes de los emprendimientos que fracasaron en la etapa de madurez solo tenían un socio.
“Y yo como emprendedor, y les cuento uno de mis fracasos, mi primer error fue el querer hacer todo yo. Y yo hacia la página web, y yo hacía la revista, y yo vendía, y yo todo. Y después alguien me dijo: cómo no llevaste el punto de equilibrio, fundiste la tarjeta de crédito, ya quedaste mal con todo el mundo, das por fracasada tu empresa”, añadió.
Durante el evento, en que participaron ejecutivos de los sectores público y privado, académicos, organizaciones no gubernamentales y representantes de instituciones del Sistema de Protección Social, hablaron, además, Carolina González, de la División de Protección Social y Salud del BID en el país; y José Miguel Checo, director de Emprendimiento del Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes.
También en la actividad se realizaron dos paneles: “Iniciativas para el impulso a los emprendedores”, en el que participaron Claudina Valdez, subdirectora de Prosoli; José Miguel Checo; María Santana, del Ministerio de Planificación, Economía y Desarrollo; Eva Carvajal, vicepresidenta del Banco ADOPEN; Elianny Medina, de la Dirección Técnica del GCPS.
Asimismo el titulado “Oportunidades para generación de emprendimientos sostenibles”, con las exposiciones de Juan Enrique Rosales, director de Pymes y Emprendimiento de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU); Elva Marcel Rivera, directora de Emprendimiento de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM); Alexandra Morillo, de Planificación y Desarrollo del Consejo Nacional de Seguridad Social (CNSS); y Virginia Melo, de la Dirección Técnica del GCPS.
Otros hallazgos
En el estudio se encontró además, que al cierre del negocio, ocho de cada diez emprendimientos fueron realizados en solitario, por lo cual, los emprendedores enfrentaron una mayor cantidad de retos operativos al no poder distribuir la carga laboral, tuvieron menor capacidad de ejecución e innovación y menos tiempo para dedicar a experimentar con nuevos productos y estrategias para hacer crecer el negocio.
Entre las mujeres emprendedoras encuestadas, 68 por ciento de la muestra arrojó que los negocios más comunes fueron comercio, venta de alimentos preparados, colmados, salones de belleza y confección de prendas de vestir; mientras que, en el caso de los hombres, que componen un 32 por ciento, figuran el comercio, venta de alimentos preparados y colmados. Asimismo, un 85 por ciento de los emprendedores tenían entre uno y tres empleados al momento del cierre de su negocio.
El estudio evidencia una diferencia importante respecto a la inversión inicial promedio entre hombres y mujeres. Los hombres disponen al inicio de su emprendimiento de un promedio de 86,288 pesos dominicanos (alrededor de 1,713 dólares) mientras que las mujeres comienzan sus actividades con un promedio de 30,161 pesos dominicanos (aproximadamente 598 dólares), casi una tercera parte del capital inicial masculino, disparidad que se mantiene a lo largo de las distintas categorías de negocio. También la encuesta puso de relieve que el 50 por ciento de los emprendedores usó sus ahorros personales como la fuente principal de inversión, siendo la ganancia mensual promedio reportada de 5,000 pesos.