por: Esmirna Gómez
SANTO DOMINGO. – Con el lema Un paso por mi familia. «Con esperanza hacia la Pascua”, miles de fieles participaron este domingo en la tradicional Caminata Un Paso por mi Familia 2025, una jornada que culminó con la solemne Eucaristía presidida por Monseñor Carlos Tomás Morel Diplán, arzobispo coadjutor de la Arquidiócesis de Santo Domingo.
Durante la celebración, Monseñor Morel Diplán saludó de manera especial a Mons..Benito Ángeles, obispo auxiliar emérito de la Arquidiócesis, así como a los distintos grupos pastorales y territoriales presentes. También extendió un saludo particular a la Diócesis Stella Maris, destacando la presencia de su obispo, Monseñor Manuel Antonio Ruiz.
Excusó además la ausencia del arzobispo metropolitano, Monseñor Francisco Ozoria, quien se encuentra desde hace días participando en Roma en el Jubileo de los coros saludó igualmente a Monseñor Amable, obispo auxiliar de Santo Domingo y actual administrador apostólico de la Diócesis de La Vega.

Un paso por la familia, un compromiso inquebrantable
Ante una multitud que recorrió las calles proclamando su fe, Monseñor Diplán destacó la importancia de fortalecer los vínculos familiares y no desfallecer ante las dificultades del hogar.
«¿Están cansados?», preguntó a los presentes. «Si nós cansamos ahora, ¿qué será cuando tengamos que manejar los problemas de la familia? No nos cansemos. Sigamos trabajando por mantener los lazos que nos unen».
Con motivo de la solemnidad de Cristo Rey del Universo, el prelado recordó que Cristo debe ser siempre el centro del hogar. Señaló que muchas familias han ido apartando a Jesús de sus vidas, lo que ha provocado pérdida de paz, unidad, perdón y los valores fundamentales.
Llamado a defender los valores cristianos y humanos
En su homilía, Monseñor Diplán lamentó el aumento de la violencia doméstica, la pérdida de valores morales, el debilitamiento de la formación familiar, advirtiendo que los antivalores han ido ganando terreno porque muchos hogares han abandonado su misión educativa.
“La educación en valores no comienza en la escuela ni en la universidad. Comienza en la casa”, afirmó. “Papá y mamá deben enseñar desde pequeños a ser responsables, honestos y solidarios”.
Asimismo, insistió en que los valores cristianos permanecen, pues “Cristo es el mismo ayer, hoy y siempre”. Aseguró que cuando Cristo es el centro de la familia, esta se convierte en una verdadera escuela de valores humanos, morales y espirituales, capaces de formar ciudadanos conscientes, comprometidos con la sociedad.
Defensa de la familia como pilar de la nación
Monseñor Diplán advirtió sobre modelos culturales ajenos a los valores dominicanos, señalando que ciertos grupos internacionales buscan imponer agendas que no representan la identidad del país. Recalcó que la familia es la primera institución de la sociedad y que, si esta se debilita, también lo harán las instituciones públicas y privadas.

“Si la familia anda mal, las demás instituciones andarán mal”, expresó, recordando el ejemplo histórico de familias dominicanas que han contribuido al desarrollo del país, como la familia del patricio Juan Pablo Duarte.
También advirtió sobre intentos de promover modelos familiares que no corresponden a la cultura dominicana, destacando que en otros imperios, como el Romano, estas prácticas condujeron a la decadencia social.
Compromiso patriótico y cristiano
Monseñor Diplán hizo un llamado a continuar defendiendo los valores cristianos, patrios y familiares que sostienen la identidad dominicana:
“Seguimos defendiendo nuestra familia. Apostamos al bienestar de la sociedad construyendo familias sanas, trabajando por el bienestar de nuestros hogares”a la que la feligresía aplaudió vigorosamente.
En un cierre vibrante, proclamó:
“¡Viva la familia! ¡Que viva la República Dominicana!”.
