Los Ángeles, Estados Unidos. La decisión tomada este miércoles de confiar la organización de la Copa del Mundo de fútbol del 2026 al trío Estados Unidos, Canadá y México se alinea con el creciente desarrollo del fútbol en Norteamérica, una creencia arraigada en el Mundial de 1994.
Los tres países se impusieron ampliamente a Marruecos en una votación durante el Congreso de la FIFA, que sesionó en Moscú.
De esta forma, México se convertirá en el primer país que organiza tres Copas del Mundo, después de ser el teatro de las obras maestras de Pelé en 1970 y de Diego Maradona en 1986.
La candidatura ‘United 2026’ obtuvo 134 votos, mientras que Marruecos recibió 65.
Estados Unidos, México y Canadá presentaron una sólida candidatura conjunta centrando en una adecuada infraestructura y antecedentes organizativos.
Marruecos, por su parte, vio frustrado su intento de ser sede de un Mundial por quinta vez, tras perder en 1994, 1998, 2006 y 2010.
El potencial de Norteamérica es fuerte: un total de 23 recintos deportivos –tres en México, tres en Canadá y 17 en Estados Unidos–, en el que podría ser el primer Mundial de 48 selecciones.
La organización ya ha previsto que 60 partidos se jueguen en Estados Unidos, además de 10 en México y otra decena en Canadá.
Durante décadas, Estados Unidos parecía ser inmune a la fiebre del fútbol, el deporte más popular del mundo, pero incapaz de competir con los gigantes estadounidenses del baloncesto, el béisbol y el fútbol americano.
Incluso la llegada de grandes estrellas en la década de 1970, como Pelé, Franz Beckenbauer y Johan Cruyff, fue insuficiente: la glamurosa pero efímera Liga de Fútbol de Norteamérica se extinguió a mediados de los 80, tras apenas 20 años de vida.
«El fútbol es el deporte del futuro y siempre lo será», era entonces broma común entre los estadounidenses.
Pero todo cambió en 1994, durante la Copa del Mundo organizada por Estados Unidos y ganada por el Brasil de Romario y Bebeto.
Más de 3.5 millones de seguidores se desplazaron a lo largo de todo el país para llenar los estadios, con promedio de 68.991 espectadores por partido, récord de la competencia. En el proceso, se creó una nueva liga, la Major League Soccer (MLS).
En sus comienzos, en 1996, contaba solo 10 equipos. Ahora tiene 23, extendidos por los territorios de Estados Unidos y Canadá, y se espera tres nuevas franquicias para el 2020.
En el 2017, 22.133 personas de media se citaron en los estadios para ver las hazañas de David Villa o Kaká, convirtiendo a la MLS en el sétimo campeonato mundial en términos de asistencia, por delante de históricas naciones futboleras como Argentina, Holanda o Francia.
Estados Unidos no participará en el Mundial del 2018, pero su boleto en octavos de final en las dos ediciones previas (2010 y 2014) fue valorado.
«El desarrollo del equipo nacional y la creación de la MLS no se hubieran producido sin la Copa Mundial de 1994», estimó en el 2014 Alan Rothenberg, expresidente de la federación estadounidense de fútbol.