Santo Domingo. — Lo que comenzó como una canción tropical en 2004 terminó tomando vuelo en 2024 como película, libro y símbolo de valores para la nueva generación. Capitán Avispa, la obra original del cantautor dominicano Juan Luis Guerra, ha sido nominada a Mejor Película de Animación en los XII Premios Platino del Cine Iberoamericano 2025, convirtiéndose en la única producción dominicana en competencia y en una representación destacada del Caribe en el ámbito de la animación internacional.
Más allá del colorido y la estética cuidada, Capitán Avispa es una propuesta profunda: una historia de bien contra mal, de coraje, amor, amistad y justicia, que apuesta por el entretenimiento positivo y la enseñanza sin adoctrinamiento.

Un superhéroe del Caribe con mensaje universal
Ambientada en el Reino de la Miel y la vibrante ciudad de Avispatrópolis, la historia sigue al valiente Capitán Avispa, un héroe comprometido con la paz y la verdad, armado con su icónico bate FARO-LITTO S-23 y guiado por su lema: “Fuerte y valiente nunca miente”. El personaje, diseñado por el propio Juan Luis Guerra, representa la figura del héroe íntegro, que actúa movido por valores sólidos y convicciones éticas.
El filme relata sus enfrentamientos contra el astuto Jacques Puasón y la intrigante Polibya Néctar, antagonistas que buscan sembrar el caos y apoderarse del Reino de la Miel. A su lado, el Capitán cuenta con sus inseparables aliados: la Princesa Honey Bee y el Sargento Picadura, con quienes vive una serie de aventuras que combinan humor, acción y enseñanzas.
La visión detrás del proyecto
Capitán Avispa no es solo una historia animada. Es un proyecto que nació de una idea que Juan Luis Guerra comenzó a esbozar hace más de dos décadas y que finalmente cobró forma en 2019. El objetivo no era crear una película de propaganda religiosa, sino una plataforma artística que transmitiera valores duraderos como la bondad, la fe y la honestidad, desde una narrativa abierta, universal y accesible para todas las edades.
Según Guerra, “el mensaje es de amor, convivencia, justicia. Queremos que los niños y adultos salgan de la sala con el corazón lleno, inspirados a ser mejores personas”.
Una apuesta por la excelencia en animación
Jonathan Meléndez, codirector y responsable de animación, describe el proyecto como la gran entrada de la República Dominicana al cine animado de clase mundial. Desde Madrid, donde se encuentra a la espera de la ceremonia de los Premios Platino, destaca la importancia del trabajo en equipo y la exigencia artística que implicó desarrollar la producción.
Meléndez resalta la labor de Jean Guerra, codirector junto a él, como pieza clave en el desarrollo técnico y estético del filme. “Logramos una fábula familiar que busca más que premios. Queremos dejar huella con una propuesta humana y bien lograda”, afirmó.

Una narrativa que se expande al libro
El universo de Capitán Avispa también cobra vida en el libro ilustrado El Capitán Avispa: Aventuras en el Reino de la Miel, publicado en septiembre de 2024. En sus 44 páginas, Guerra presenta un mundo vibrante donde la música, la palabra y el dibujo se unen para transmitir lecciones de vida con calidez y humor.
Dirigido a niños y familias, el libro es una herramienta pedagógica para enseñar principios como el respeto, la verdad y el coraje, sin perder la magia del cuento.
Representación dominicana en los Premios Platino
La nominación a los Premios Platino posiciona a Capitán Avispa junto a grandes producciones como Arca de Noé (Brasil), Dalia y el libro rojo (Argentina/Perú), Guardiana de Dragones(España/China) y Mariposas Negras (España/Panamá). La distinción no solo enaltece el talento local, sino que confirma el potencial de la industria creativa dominicana para competir en escenarios internacionales.
Una historia con alas
Capitán Avispa es más que una película. Es una declaración de principios disfrazada de aventura animada. Es un puente entre generaciones, culturas y valores, que busca inspirar a través del arte y la imaginación. Con su entrada triunfal en los Premios Platino, esta fábula caribeña demuestra que la animación también puede ser una poderosa herramienta de transformación social.